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El lado oscuro de la cancelación de la Fiesta de La Tirana: "El sector queda en abandono nuevamente"

Por Emilio Contreras
Con información de Comunicado de Prensa.

14 julio 2020 | 12:54

La cancelación de la fiesta de La Tirana, que se realiza cada año durante la segunda semana de julio y que destaca como una de las principales actividades socioeconómicas de la región de Tarapacá, se ha convertido hoy en uno de los principales problemas de los artistas y comerciantes locales.

Durante 10 días, la festividad reúne a más de 250 mil feligreses provenientes de Perú, Bolivia y Chile, quienes peregrinan juntos hacia la Pampa del Tamarugal, específicamente hasta la localidad de La Tirana, habitada por no más de 800 personas.

Al grupo, lo suelen rodear más de 200 compañías (comparsas, grupos de danza y bandas de bronce). En muchos casos, se trata de uno de los ingresos de capital más importantes que reciben los habitantes de la zona durante todo el año.

El Consejero Regional José Miguel Carvajal, especifica: “Quienes somos de esta región empatizamos con estos sectores que dejan de percibir el ingreso más importante del año”.

“Por un lado los habitantes de la localidad, al arrendar sus piezas, ofrecer servicios y venta de alimentación, bebestibles, artesanías, entre otros; y por otro, la pérdida de toda la industria religiosa, turística y cultural que se mueve en torno a la fiesta y que se puede ejemplificar en las agrupaciones de bailes religiosos y las bandas de bronces que son indispensables –cerca de mil músicos- ya que acompañan con diversos ritmos de morenos, saltos, tinkus, a cada agrupación de baile”, agrega.

Según Carvajal, se trata de un problema que afecta directamente la actividad patrimonial. “Ellos, así como la industria cultural en general, han dejado de percibir su principal ingreso anual que permite la compra de nuevos instrumentos, ayudar a sus familias o realizar posteriores inversiones que les permite mejorar la calidad de vida de los suyos”, apunta.

“El sector cultural queda en abandono nuevamente. Hasta hoy, no hay un mensaje, herramienta de apoyo, un plan. Los muchachos – la edad promedio de estos músicos es de 25 a 30 años- lamentablemente no son parte de la prioridades del Gobierno, tampoco los promotores y músicos y artistas, en general”, señala.

Cedida

La solución, según el consejero regional, radica en un apoyo concreto de parte del gobierno a los gestores culturales y las entidades detrás de La Tirana.

Cristóbal Navarrete, promotor y gestor cultural de Nomadesert, agrega: “Buena parte del dinero que se mueve en las economías regionales proviene del turismo cultural que representan estas festividades. Además de La Tirana, existe el Tambo Andino, San Lorenzo, el Carnaval Andino, todas convocan a muchas personas”.

Sobre el futuro del sector, su visión no es alentadora: “Como productor doy por perdido este año, quizás para el verano del 2021 podamos hacer algún evento de convocatoria reducida y en espacios abiertos, 200 a 300 personas máximo, como están haciendo en Europa”.

A su vez, propone subvenciones y financiamientos compartidos (público y privado) para llevar adelante eventos como el Carnaval Andino, Tambo Andino, el Findatz, Festival de Cine de Iquique y el Festival Desierto Sonoro, además de las ferias gastronómicas de la zona.

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