"Esta crisis tiene que ver con redefinir las formas del poder, y de la ciudadanía de incidir"

15 noviembre 2019 | 09:52

Rosa María Olave Robert y Gonzalo Frei Toledo, profesores de mediación y resolución de conflictos de la Universidad Alberto Hurtado, conversan sobre las posibilidades de dialogar en la crisis social y política que vive el país.

“Debemos tener cuidado con el diálogo, porque se puede percibir y transformarse en una herramienta para dilatar y no generar ninguna transformación”, afirma Rosa María Olave, pero al mismo tiempo “las experiencias de cabildos y asambleas han puesto en evidencia la necesidad e importancia, en diversos espacios, de hablar y de escucharse, de vivir y de relacionarse de otra manera”.

“De manera inédita en esta crisis el diálogo partió de “abajo hacia arriba”, y la sociedad civIl ha avanzado más rápido que el poder político”, dice Gonzalo Frei, “en tiempos de crisis el diálogo se da en distintos niveles, y lo más desafiante son los que se dan en las bases, porque vienen a reformular la manera como lo concebimos”, y “viene a cuestionar la premisa ‘yo no dialogo si están movilizados´. Ya no se pueden poner esas condicionantes”.

“Cuando se ha preguntado ¿qué es lo que más nos molesta de la desigualdad en Chile?, la mayoría plantea que la desigualdad del trato. Ha despertado una mayor consciencia de este trato abusivo y la necesidad de relacionarnos de otra forma”, sostiene Rosa María Olave,

“¿Cómo se van canalizando esos anhelos de participación? ¿Cómo se abre una oportunidad de información y formación ciudadana más allá de la consulta de la Asociación Chilena de Municipalidades?” se pregunta Rosa Maria Olave, “a propósito de la crisis se han ido creando creando redes, coordinaciones. Esto nos muestra la fragmentación pero también la oportunidad de crear puentes”

“En Chile siempre ha habido una gran falta de confianza interpersonal. Pero hay algo novedoso, en la encuesta Mori de principios de año había una inédita desconfianza hacia las instituciones”, afirma Gonzalo Frei,

Esta crisis “tiene que ver con redefinir las formas del poder, y de la ciudadanía de incidir, de participar”, “esto ha interpelado la estructura, el tipo de relaciones, la formación en las instituciones educacionales, como a las familias”, concluye Rosa María Olave.

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