El 18 de septiembre de 1979, en plena dictadura militar, mediante el decreto N° 23 publicado en el Diario Oficial, el Estado de Chile declaró la cueca como baile nacional.
De acuerdo a Memoria Chilena, sitio web de la Biblioteca Nacional, uno de los principales argumentos de la moción destacó que “dentro de la variada gama de danzas folclóricas chilenas, era esta la de mayor nivel de difusión y de más profunda significación histórica”.
Desde entonces, por lo menos oficialmente, la cueca fue adoptada como parte de nuestros emblemas patrios, aunque su historia y vínculo cultural con el país data de mucho antes.
A pesar que existen diversas teorías respecto a su origen y arribo a Chile y América, tal como recalca el archivo de la Biblioteca Nacional, destaca un consenso general en la academia: su pieza matriz es la zamacueca, ritmo que se desarrolló en Lima y que fue impulsado por la música africana (tambores), el cajón peruano y la guitarra española.
“Hay varias teorías sobre el origen de la cueca”, advierte Óscar Ramírez, profesor y experto en Folclore de la Facultad de Ciencias Agrónomas de la Universidad de Chile.
“Si analizamos que toda la cultura o gran parte nos llegó por España, indudablemente hay influencias. Pero la cueca en América tiene el carácter de ser un baile ‘acuecado’, de cueca. Hay teorías sobre sus orígenes primarios. Una afirma que hay una influencia netamente andaluza, y que antes de eso hay raíces árabes que llegaron a España”, agrega.
Para el experto, sin embargo, existe una certeza: su punto de inicio está en Perú. “Según mi criterio, creo que la cueca se hace acá en América, con el aporte de los mestizos, y por supuesto con las influencias negras. El inicio de la cueca está en Perú, con el aporte negro de ahí”, dice categórico.
“Por eso hay una serie de elementos que están ahí en juego, y claro, de ahí pasa y se hace más dinámica en Chile, pero con todos los aportes que venían de las raíces antiguas. Para mí, nace en Perú como zamacueca, con el aporte negro, de ahí viene a Chile y queda como cueca. Así como siempre le quitamos palabras a las cosas”, bromea
Una tesis similar comparte otro avezado en el género: Luis Le-Bert, célebre fundador de Santiago del Nuevo Extremo e investigador cuequero. Parte de sus reflexiones están plasmadas en La Noche de las Estrellas, una crónica histórica donde vincula las raíces andaluzas de la cueca y el tráfico de esclavos a través de Chile con la zamacueca peruana y su llegada al país.
“Su música de mil años se llenó de tambores africanos”, afirma Le-Bert cuando ubica el origen de la cueca en Perú. “Así nació la cueca, nuestra danza de libertad, así nació el caballo chileno, bello entre los más bellos, así nació nuestra voz de poesía, famosa en el mundo entero”, agrega.
En esta búsqueda sobre los orígenes del baile nacional, una concepto es clave: zamacueca. “Es una cueca que se dio en Lima, en el Perú, y que pasa a nuestro país como zamacueca y baile de pareja. Llega con mucha influencia negra, y aquí se hace propia como cueca y pasa al lado argentino como zamba. Desde aquí, desde Chile, pierde vigencia en otros países y se empieza a irradiar hacia el lado boliviano y argentino… Llega hasta México”.
Perú, Chile, Argentina (noreste) y Bolivia fue la ruta de la cueca a mediados del 1800, incluso con influencia hasta los estados aztecas de Guajaca y Guerrero. “Allá las ‘chilenas’ son muy conocidas”, afirma. El apodo de “chilenas”, también se hizo célebre en Perú.
Tanto para Le-Bert como para Ramírez, un dato es innegable: la vehemencia con que Chile abrazó e hizo suya la cueca, no ocurrió en ningún otro país del mundo.
“En Chile es donde la cueca tuvo un auge extraordinario. Aquí se hizo cueca y aquí se hizo chilena, de aquí pasó a los otros lugares, yo estoy seguro de eso”, sostiene el investigador. Aquello, según sus registros, ocurre en 1825, con la aparición de la mencionada zamacueca. “Su exportación gatilla su éxito local”, agrega.
Si bien la estructura fue cambiando, su esencia de “baile de pareja” siguió coexistiendo en el desarrollo criollo de la cueca.
“La estructura no tiene que ver con la zamacueca. Si uno observa la zamacueca peruana, la original, se bailaba con dos pañuelos y tiene influencia más negra, se baila con movimientos más lascivos. Tiene otra connotación, pero después se cultiva en los salones limeños, con aires de baile de salón, y esa cueca es la que llega a Chile. Toda la alta cultura del Virreinato del Perú llegó a influenciar a la sociedad chilena”, rememora el académico, para quien la cueca sí es un baile auténticamente chileno.
“La cueca es una danza que tiene un carácter nacional por el hecho de que está en todas las regiones de Chile. No hay distinción de ubicación geográfica ni nada: está desde Arica a Punta Arenas, y en toda la geografía está presente. Si vas a la pampa, al sur, la montaña, la costa, en todo Chile la cueca se practica”, afirma Ramírez.