Este jueves se estrena en la cartelera local Toy Story 4, la última entrega de la exitosa saga cinematográfica de Pixar cuyo estreno destaca como el más esperado del año.
Se trata de la aventura final de Woody, Buzz Lightyear y su famosa pandilla de juguetes, la misma que a días de su debut ya cuenta con una aprobación del 98% en Rotten Tomatoes, sitio web que aglutina las principales reseñas y criticas especializadas.
A continuación, una breve guía para no perderse en la historia que sin dudas sorprenderá a los seguidores de la trama, en especial a aquellos que esperaban un final, por decirlo así, tradicional.
La historia
Esta vez los acontecimientos se centran alrededor del primer día de clases de Bonnie (Madeleine McGraw), la última dueña de los juguetes. Allí, asustada ante sus compañeros de curso, la niña construirá con sus propias manos a uno de los nuevos integrantes de la tropa: Forky, un muñeco hecho en base a un tenedor de plástico y otros desechos.
En ese marco, el arribo del nuevo integrante replanteará por completo la vida de Woody, quien a pesar del tiempo transcurrido aún no puede olvidar a Andy, su dueño original hasta la tercera película de la franquicia.
¿Puede un juguete entrar en crisis existencial? ¿Qué hacer cuando el eje de tu vida desaparece y es reemplazado arbitrariamente por otro? ¿Cómo afrontar el paso del tiempo y la obsolescencia? ¿Qué hemos hecho por nosotros mismos en todo este tiempo? Las preguntas, a veces complejas y dramáticas pero siempre lúdicas al espectador, atormentarán al vaquero en todo momento, llevándolo por inesperados rumbos y pensamientos.
Nuevos personajes
Forky (Tony Hale), Ducky (Keegan-Michael Key), Bunny (Jordan Peele) y Duke Caboom (Keanu Reeves) son los nuevos juguetes que se suman a la historia. Y al finalizar los 100 minutos del metraje, cada uno se traduce en un aporte.
Forky, “el juguete sin fábrica”, se roba el protagonismo de la cinta: su forma de enfrentar el miedo y su evolución argumental resultan tan hilarantes como fundamentales para la trama, que como ya es costumbre ofrece largos pasajes de comedia.
En este ítem merecen mención aparte Ducky y Bunny, dos peluches unidos por costuras que protagonizan los momentos más surrealistas, absurdos y divertidos del filme. Por otro lado, el ego y las inseguridades en medidas iguales de Duke Caboom también cosechan carcajadas. Su aparición es clave para la misión antes descrita, y su desplante comprueba una vez más la versatilidad de Reeves cuando la cámara no lo enfoca.
Historia de amor
Una de las protagonistas del nuevo estreno es Bo Peep (Annie Potts), muñeca de porcelana recordada por su participación hasta Toy Story 2 y a quien Woody, en todo este tiempo, tampoco ha podido olvidar.
Un encuentro inesperado entre ambos los situará en una de las disyuntivas más trascendentales de toda la saga, donde el vaquero deberá decidir entre sus sentimientos o la vocación que ha perseguido toda su vida: ser un “amigo fiel”.
La pastora, en un claro guiño a la discusión sobre igualdad de género, responde a un personaje decidido y seguro en sí mismo, que no necesita la validación de nadie para lograr sus objetivos (aunque no pocos estereotipos estén en contra).
“No a la nostalgia”
Toy Story, desde su estreno en 1995 hasta nuestros días (24 años después), ha congregado a un público tan transversal como dinámico, y es quizás una de las pocas sagas que supo sortear con épica la brecha tecnológica y sociocultural de la “generación millenial”.
En ese sentido, la cuarta y última película le habla a un público contemporáneo, sin demasiados guiños al pasado ni a los espectadores más experimentados (o viejos) de la historia, que sin duda también repletarán las butacas este fin de semana.
La cinta se hace cargo de su legado, de sus anécdotas y su categoría, pero sin perder de vista a los niños y adolescentes de hoy. Por lo mismo, el final de una de las sagas animadas más rentables de todos los tiempos queda a la altura de sus medallas y no defrauda a quienes pensaban que esta debía concluir con el episodio 3.
Aquí, más que el desenlace de un hecho fortuito, lo que quedará resuelto será el futuro de ese grupo de amigos con más de dos décadas de aventuras, y cómo sus protagonistas (vaqueros, astronautas, animales, vegetales y muñecos de todo tipo) deberán asumir la misión más difícil de todas: crecer.