“Esta es una historia italiana de la que se puede estar orgullosos”, afirma Nanni Moretti (Caro Diario, Habemus Papam, Mia Madre, El caimán, La habitación del hijo, entre otras), uno de los más importantes, premiados y provocadores cineastas italianos.
El documental “Santiago, Italia” reconstruye el rol de la embajada italiana en Santiago en los meses posteriores al golpe de Estado de 1973, en particular como asilo para cientos de refugiados opositores a la dictadura de Pinochet, ofreciéndoles la posibilidad de ayudarlos a abandonar el país.
La première mundial del documental se realizó en la clausura de la 36a edición del Festival Internacional de Cine de Turín, siendo ovacionado durante 7 minutos al término de la exhibición. “Santiago, Italia” se estrena esta semana en más de 40 salas de cine a lo largo de Italia, mientras Storyboard Media, productora en Chile de la cinta, anunció que en Chile se se exhibirá en el segundo semestre del próximo año.
Pero no sólo la recepción del público fue muy entusiasta, con una ovación de pie de más de 7 minutos de los asistentes al realizador la noche del sábado, al término de la función: La película ha generado gran interés en la prensa italiana, con publicaciones y entrevistas a Moretti en diversos e importantes medios, como la RAI y el diario La Repubblica. En febrero próximo debutará en cines franceses.
Nanni Moretti explicó, en la presentación previa a la exhibición en el Festival de Turín, cómo llegó a realizar esta película. Hace un año y medio, estando de visita en Santiago para una charla, el embajador de Italia en nuestro país, Marco Ricci, le contó detalles de lo sucedido en la embajada, una realidad que Moretti (1953) había oído, pero había olvidado hasta que volvió a escucharla.
“Esta es una historia italiana de la que se puede estar orgullosos, una historia de acogida”, explicó el realizador; “y me gusta poder contarla hoy cuando una gran cantidad de la sociedad italiana está precisamente andando en dirección opuesta a la acogida y la solidaridad. Quería contar esta historia de manera esencial y simple, algo que también requiere trabajo; había muchas analogías entre Chile e Italia, pero en vez de entrevistar estudiosos o expertos en historia, quise entrevistar a personas que vivieron estas experiencias en septiembre de 1973, y preferí que fueran ellos quienes hablaran, con su humanidad y sus emociones”.
Moretti, durante la grabación, visitó y recorrió la embajada de Italia, ubicada en la comuna de Providencia, y estuvo en distintos sectores de la capital (incluyendo locaciones como el Estadio Nacional y el penal de Punta Peuco), entrevistando no sólo a quienes vivieron en persona esos días en el recinto diplomático, sino a personalidades tan diversas como la abogada y actual diputada Carmen Hertz y cineastas como Patricio Guzmán, Miguel Littin y Carmen Castillo, por mencionar algunos. El resultado: 40 horas de filmación que finalmente fueron reducidas a 80 minutos de duración.
Reconocido por su particular sentido del humor y sus agudas observaciones sobre la política y la sociedad italiana, premiado en las competencias oficiales de algunos de los principales festivales de cine del mundo como Berlín y Venecia, Moretti ha sido particularmente distinguido en Cannes, donde no sólo fue elegido Mejor Director en 1994 por “Caro diario” y obtuvo la Palma de Oro por “La habitación del hijo” en 2001; además fue presidente del jurado en 2012.
En “Santiago, Italia” contó con un equipo conformado principalmente por chilenos, y sólo viajaron junto a él desde Italia su asistenta de dirección, Loredana Conte (“La habitación del hijo” y “El Caimán”), y su directora de fotografía, la italo-chilena Maura Morales Bergmann. El montaje del film estuvo a cargo del italiano Clelio Benevento, dos veces nominado al premio David de Donatello, incluyendo su anterior trabajo con Moretti, “Mia madre”
Las incursiones de Moretti en el documental han sido muy esporádicas y de difusión acotada, incluyendo títulos como “La cosa”, de 1990, o cortometrajes como “Il giorno della prima di Close Up”, de 1996, todos habitualmente filmados en Italia, salvo excepciones como el corto “The Last Customer”, de 2002, registrado en Nueva York, y ahora “Santiago, Italia”.