“Quiero terminar diciéndole a la institución que yo también lamento mi historia, pero no la olvido”, afirma el artista Máximo Corvalán-Pincheira sobre los textos censurados de su exposición, donde eliminan parte fundamental de su biografía, íntimamente ligada con la muestra que se inauguró la semana pasada en el Centro Cultural Matta, dependiente de la Embajada de Chile en Buenos Aires.
Parece sorprendente, poco creíble que, una exposición que se está realizando en el espacio que tiene la embajada chilena en Argentina para difundir nuestra cultura y a nuestros creadores, censure textos de una exposición que ellos mismo han promovido.
Pero es verdad. Han eliminado textos de la exposición, lo que afecta al destacado artista chileno Máximo Corvalán-Pincheira y también al curador argentino Rodrigo Alonso.
Es grave una censura de este tipo, más cuando el texto en cuestión es del todo coherente con el tema de la exposición como con la historia de Máximo Corvalán-Pincheira. Estamos frente a un destacado artista cuya historia es bastante conocida y sobre la cual es muy fácil enterarse (si se tiene el interés). Además, el tema tratado por el artista lo viene trabajando hace años, entonces tampoco debiera haber sorpresas sobre su mirada, la forma particular que tiene de abordarlo.
La situación es grave, y devela los problemas de no tener agregados culturales (y embajadores que no entienden de cultura). Es una pésima señal para los artistas locales como para nuestra imagen en Argentina como a nivel internacional. Y una afrenta a la memoria de Roberto Matta (Si se quiere usufructuar del nombre de un gran artista, lo mínimo que se puede exigir es que la gestión de ese espacio no sea contraproducente con el espíritu de éste).
“Hace ya tres años que me he embarcado en una investigación que tiene como resultado una serie de obras que se enmarcan en el proyecto “Trazo Mutable”, el que reúne videos, performances, instalaciones, obras escultóricas y fotografías. Estas son el resultado de más de 40 entrevistas, donde compartí espacios de intimidad, de viajes por culturas, lenguas e identidades diversas, experiencias y procesos creativos”, afirma el artista.
“A partir de estas obras me voy re-conectando con mi historia personal, cuando junto a mi madre y hermana tuvimos que partir a un “peregrinaje” en calidad de refugiados políticos durante la Dictadura Cívico Militar en Chile. Luego de la desaparición de mi padre, el día 11 de septiembre de 1973, desde el Palacio de la Moneda, mi madre, quien también era perseguida en ese momento, embarazada de mí, decide solicitar asilo político en la embajada de Colombia. Y es así, como por 17 años nos embarcamos en una experiencia de vida nómade la que transcurrirá en Bogotá Berlín, La Habana, y finalmente Ciudad de México donde nos acogen por 10 años”, sostiene Máximo Corvalán-Pincheira.
“Hace ya muchos años decidí empezar a construir mi trabajo desde la poética, mis obras no dejan de ser políticas, pero trabajan desde la reconstrucción, desde la sanación, buscando la forma en que nos podemos encontrar. Esto también se explica porque tengo hijos y no quiero para ellos que de ninguna manera que se vean contaminados por el veneno de esta odiosidad.”
“Estoy hablando específicamente de dos textos a los que se les corta mi historia porque, al parecer, a la institución le genera conflicto insinuar que la dictadura cívico militar provocó miles de exiliados o que aparezca el nombre de Allende. El corte, además de ser ridículo y vergonzoso, es muy molesto para mi, porque borra mi historia. No bastó con que a mi padre lo desaparecieran, ahora también se me pide desaparecer lo que mí tocó vivir y no escogí, por cierto. Es como si aún estuviera contagiado con el “cáncer marxista”
Uno de los parrafos que se cortó, del destacado curador argentino Rodrigo Alonso, es:
“El tema no es ajeno al artista, quien ha vivido en carne propia los efectos de los desplazamientos y la diáspora en su historia personal. Sin embargo, no todos los desplazamientos ni todas las diásporas son equivalentes. En todo caso, el haber tenido que abandonar su país de origen tras el derrocamiento de Salvador Allende, y haber residido sucesivamente en Bogotá, Berlín, La Habana y México D.F., le ha brindado un lugar singular desde el cual preguntar.”
El artista deja clara cuál es su historia, y cómo trabaja con ella.
“Ahora, que sé que les incomoda, (espero que sea porque les da vergüenza), les contaré mi historia: Soy hijo de un detenido desaparecido, el día 11 de septiembre de 1973 mi padre fue sacado del Palacio Presidencial, llevado al fuerte Arteaga donde fue fusilado, luego dinamitado y, finalmente, después del primer hallazgo de una fosa común (en los Hornos de Lonquén) Pinochet manda un criptograma para que todos los cuerpos fueran desenterrados de las fosas clandestinas del ejército y luego tirados al mar.
Quiero terminar diciéndole a la institución que yo también lamento mi historia, pero no la olvido.”
“Trazo Mutable”
Artista: Máximo Corvalán-Pincheira
Desde el 16 noviembre al 29 de diciembre.