Al mediodía de este jueves, la Agrupación de Madres y Familiares de Víctimas del Psicópata de Alto Hospicio dio a conocer sus reparos con el Consejo Nacional de Televisión, uno de los entes financistas de La Cacería, la miniserie de Mega que retrata los crímenes del caso que estremeció al país a inicios de la década pasada.
En el argumento de La Cacería, se muestra la investigación policial de los hechos ocurridos entre los años 1998 y 2001, donde fueron secuestradas y muertas 14 mujeres en Alto Hospicio (Región de Tarapacá), la mayoría estudiantes de Enseñanza Media.
Por estos delitos cumple cadena perpetua Julio Pérez Silva, quien fue identificado por la prensa de la época como el “psicópata de Alto Hospicio”.
Las familias afirman que una miembro del directorio del CNTV, Marigen Hornkohl Venegas, debió abstenerse de aprobar los fondos para la realización de La Cacería, a raíz de una acusación judicial pendiente que las mismas familias entablaron en 2001.
De acuerdo al organismo, en la época Hornkohl fue querellada por “omisión de denuncia y desacato de la orden de un tribunal”, en el contexto de su cargo como Jefa de Gabinete de la entonces ministra de Justicia, Soledad Alvear.
Estos antecedentes fueron enviados a la presidenta del Consejo Nacional de Televisión, Catalina Parot, a través de un oficio con fecha 25 de julio de 2018.
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Las familias exigen que Mega deje de emitir la miniserie (que lleva al aire tres capítulos de un total de ocho), acusando “estigmatización, daño moral y psicológico”. Argumentan que con la rememoración del caso, han vuelto a ser víctimas de estos mismos perjuicios.
La Cacería, que se describe a sí misma como una miniserie de ficción “basada en la vida real”, se sostiene en el perfil que el periodista Rodrigo Fluxá escribió para el libro Los Malos (recopilación de Leila Guerreiro, Ediciones UDP, 2015) sobre la figura de Julio Pérez Silva. Fluxá también es uno de los guionistas de la miniserie, que fue impulsada por Villano Producciones.