Como es habitual en las Cuentas Públicas Presidenciales, los temas vinculados a Cultura quedan relegados a la parte final del discurso (se entiende que hay muchos temas que deben ir primero, como educación, salud, economía…) y, en general, se reducen a muy poco tiempo. Este año no fue la excepción… pero peor.

El Presidente recién planteó temas relacionados a cultura alrededor de dos horas de iniciado el discurso, en una “sección” de temas que él mismo dijo que, “no siendo menos importantes”, iba a desarrollar brevemente para no aburrir ni abusar de los presentes ni de las audiencias.

Que anunció

Planteó “una cultura libre y de amplio acceso” para referirse a la ampliación a dos jornadas del Día del Patrimonio y a tener fibra óptica para unir a la red de espacios culturales nacionales, regionales y locales para transmitir en directo sus mejores espectáculos. Afirmó que le darán vida a los centros regionales (sin especificar cómo).

Anunció el apoyo a los artistas… sin plantear nada más sobre este punto.

Cerró el tema con el desafío de implementar la nueva institucionalidad cultural -el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio aprobado en el gobierno anterior- que deben desarrollar, sin especificar plazos ni metas.

Si bien, y como ha sucedido en todos los discursos, se hacen referencias puntuales a temas culturales a lo largo de las Cuentas Públicas Presidenciales, en este caso fueron muy escasas. Este parece ser la CPP más pobre -en tiempo dedicado coma a anuncios- en este tema de los últimos, al menos, 5 o 6 años.

Un minuto para cultura (64 segundos) de un total 135 minutos. Y con poca sustancia…