El chófer de Nelson Mandela, su secretaria personal y varias escuelas de su niñez y juventud son los primeros beneficiarios de la herencia del ex presidente sudafricano y Premio Nobel de la Paz, dos años después de su muerte.
En total, Mandela dejó 22 millones de rands (1,2 millones de euros), una parte de los cuales, la destinada a los que no son miembros de su familia, fue repartida durante una ceremonia simbólica en Johanesburgo.
La herencia de Nelson Mandela provocó fuertes tensiones en el seno de su familia. Su casa en Qunu, en la provincia de Cabo Oriental (sur) sigue siendo objeto de una batalla judicial lanzada por su ex-esposa, Winnie Madikizela-Mandela.
El chófer del presidente, Mike Maponya, que trabajó para Mandela durante 23 años, recibió un cheque de 50.000 rands (2.800 euros).
“No me sorprende que dejara algo a tantos de nosotros. Poca gente habría hecho algo parecido” indicó el ex empleado. “Es típico de la gentileza y generosidad de Madiba”, dijo, en referencia al nombre de clan de Mandela, utilizado en tono afectuoso por la mayoría de los sudafricanos.
La secretaria de Nelson Mandela, Zelda la Grange, que no estaba presente, también recibió 50.000 rands.
Otros beneficiarios fueron la universidad sudafricana de Fort Hare, donde estudió Mandela, su primera escuela, en Qunu, y el instituto de Orlando West en Somweto, donde vivió en su jiventud.
La mayor parte de la herencia de Nelson Mandela, que presidió Sudáfrica entre 1994 y 1999, tras haber pasado 27 años en la cárcel a causa del apartheid, fue a parar a su esposa Graça Machel.
Mandela murió el 5 de diciembre de 2013, a los 95 años de edad.