30 días en huelga de hambre cumplieron seis ex presos políticos de la dictadura que demandan el cumplimiento de los acuerdos que ofrecieron los gobiernos de la Concertación, hoy Nueva Mayoría, ante los apremios que sufrieron durante los 17 años del régimen pinochetista.
Para visibilizar sus demandas, realizaron una protesta en la Plaza de la Constitución lanzando panfletos con consignas en contra del gobierno.
Braulio González, vocero de los movilizados, explicó a BioBioChile las razones que llevaron a tomar esta medida radical por parte de sus compañeros. La decisión es una medida desesperada luego que fracasara la mesa de alto nivel iniciada el año pasado para resolver sus demandas, cortando la administración de Michelle Bachelet toda relación con la instancia.
Por esta razón, la huelga de hambre será indefinida hasta no tener respuesta del Ejecutivo.
Respecto a las demandas que están sobre la mesa indicó que “estamos peleando una reparación integral para los presos políticos, que pasa por: indemnizaciones, por una pensión, por salud que permita que los compañeros se mejoren y no pasen postrados en cama (muchos a raíz de las secuelas que les provocaron las torturas de los integrantes de las Fuerzas Armadas), becas de estudio que nos dieron que nos mintieron ya que nos dijeron que eran para nuestros hijos y nietos pero que no cubre nada, cubre un mínimo tenemos que pagar el resto, subsidios habitacionales que nunca fueron, entre otros”.
González además agregó que se sienten utilizados por los gobiernos de la Concertación y el de Michelle Bachelet, ya que al final tiene la sensación de que lo prometido fue solamente para dar cumplimiento a los tratados internacionales, citando como ejemplo que en el extranjero los gobiernos han asegurado que cumplieron con los compromisos asumidos. Reflejo de ello son los $160 mil mensuales que reciben como pensión, la cual no tiene derecho ni a un ataúd en caso de fallecimiento.
Quienes conforman la movilización son obreros que lucharon por el gobierno de Salvador Allende, los mismos a los que no se les entregó la posibilidad de irse exiliados algún país europeo u otra nación, sino que fueron torturados y muchos pasaron tiempo en la cárcel pública tratados como delincuentes.
Pero además, como se desprende de los panfletos que repartieron en la Plaza de la Constitución, exponen: “La gran mayoría se trata de personas que en algún momento de los tiempos de la dictadura (…) era gente proletarias como obreros y empleados de servicios y que vivían en poblaciones y barrios proletarios del Gran Santiago y de todas las ciudades, pueblos y villas de Chile. Pero también, un gran número de EX PP vivían en poblaciones callampas. Es decir, en tomas de tierra: los así llamados campamentos habitados por las familias chilenas proletarias más pobres y sin casa de aquel entonces”.
Pero hay más. Aseguran que “todas esas personas no tan solo eran habitantes de sus barrios y poblaciones, sino que eran aquellos que ejercían como presidentes de una junta de vecinos, o dirigentes e incluso parte de la junta directiva de un centro juvenil, de un centro de madres, de un club deportivo, o de un campamento, de un centro de desarrollo cultural, o de un sindicato de trabajadores e incluso de centros de alumnos”.
Relato por escrito en que las autoridades de la Nueva Mayoría que les recuerdan a quienes, desde el mismo 11 de septiembre de 1973, conformaron escuadrones militares fuertemente armados y muy bien informados que asaltaban y sitiaban los barrios y poblaciones obreras, para llevarse a los padres de familia, hijos e incluso mujeres a los cuales acusaban como traidores de la patria.