Carabineros fue alertado a eso de las 06:00 horas de este sábado del hallazgo de una mujer brutalmente agredida y posteriormente abandonada en una de las frías calles de la comuna de Coyhaique.
Se trata de Nabila Rifo Ruiz, madre de cuatro hijos de entre tres a 12 años, quien fue ingresada de urgencia al Hospital Regional de Coyhaique debido a una fractura en el cráneo junto con la pérdida de sus ojos y piezas dentales.
En un último informe entregado este lunes, el jefe de la Unidad de Pacientes Críticos del hospital, Osvaldo Abarca confirmó que la mujer se encuentra estable dentro de su gravedad conectada a un ventilador mecánico e inducida a un estado de coma. Además, no descartan que la paciente sea trasladada hasta un centro especializado ante la gravedad de sus lesiones.
Hasta el momento de publicar esta nota aún no hay personas detenidas por este ataque. Sin embargo, familiares de Rifo apuntan a su ex pareja debido a los reiterados episodios de violencia intrafamiliar que ambos mantenían.
Fue tal la violencia que sufrió Rifo que se atrevió a denunciar a su ex pareja ante la Justicia. Esto, luego que el hombre llegara hasta su vivienda con un hacha amenazándola de muerte.
La ex pareja de Rifo fue interrogada en el marco de las diligencias realizadas por la Fiscalía y Carabineros, instancia en la que negó cualquier participación en los hechos. Junto con él se interrogaron a otras personas, pero personal policial no entregó mayores detalles de la investigación.
Violación de morada y amenazas de muerte
Según consta en una serie de documentos del Poder Judicial, Nabila Rifo denunció a su ex conviviente, Mauricio Ortega Ruiz, por el delito de violación de morada violenta y amenazas simples.
Los hechos ocurrieron el 5 de junio del año pasado a las 07:30 horas, cuando Ortega entró a la fuerza a la vivienda de su ex pareja tras romper la puerta de la cocina con un hacha.
Mauricio Ortega no asistió a la audiencia de formalización según consta en el acta del Juzgado de Garantía de Coyhaique fijada para el 14 de agosto.
La causa se suspendió condicionalmente un poco más de un mes de esa fallida audiencia y luego que el agresor aceptara a someterse a un tratamiento terapéutico “cuyo objetivo es impedir nuevos sucesos de violencia intrafamiliar, todo ello por el lapso de seis meses”, sentenció la jueza Cecilia Urbina.