Miles de civiles huyeron en las últimas 48 horas de los combates encarnizados entre las fuerzas del régimen, los rebeldes y los yihadistas en el norte de Siria, que fragilizan aún más la tregua y las negociaciones de paz.
En la provincia septentrional de Alepo, las fuerzas gubernamentales sirias luchaban el viernes al mismo tiempo contra los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI) y del Frente Al Nosra, la rama siria de Al Qaeda, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Desde el pasado domingo, en estos enfrentamientos han muerto más de 200 combatientes de distintas facciones, precisó en un comunicado el Observatorio.
En Ginebra, el emisario especial de la ONU para Siria mostró su frustración por las dificultades de acceso humanitario al país, devastado por una guerra que ya dura cinco años y ha dejado más de 270.000 muertos.
El flujo de desplazados ha aumentado aún más con la huida de al menos 30.000 personas por los combates entre yihadistas y rebeldes en las últimas 48 horas, afirmó la organización Human Rights Watch (HRW), pidiendo a Turquía que abra su frontera.
“Los civiles huyen de los combatientes del EI y Turquía responde con disparos de balas reales en vez de sentir compasión por ellos”, lamentó Gerry Simpson de HRW.
El Estado Islámico se hizo el jueves con seis localidades de la provincia de Alepo, la más importante de esas localidades es Hiwar Kallis, situada a un kilómetro de la frontera, según el OSDH.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) habló de entre 21.000 y 23.000 civiles huidos por los combates y que se dirigían hacia Azasz, a varios kilómetros al oeste.
Esta región ya acogió en enero y febrero a decenas de miles de civiles que huían de los combates.
Colinas estratégicas
En Alepo, el ejército y las milicias prorrégimen se enfrentaban al Estado Islámico en Janaser, en el este de la provincia, al tiempo que combatían también al Frente Al Nosra, aliado con grupos rebeldes en las colinas de Handarat, un sector estratégico situado a varios kilómetros al norte.
Estas colinas son muy importantes a nivel estratégico porque dominan la ruta de aprovisionamiento de los rebeldes que controlan varios barrios de Alepo, precisó el Observatorio.
El jueves, Washington, impulsor junto a Moscú de la tregua entre el régimen y los rebeldes vigente desde finales de febrero, se mostró muy “preocupado” por los combates cerca de Alepo, al considerar que la “ofensiva” del régimen sirio “podría violar el cese de hostilidades”.
Estados Unidos también mostró su indignación por la muerte de un médico sirio en un bombardeo aéreo ocurrido en una zona en la que opera la aviación rusa.
El OSDH precisó que el doctor Hasan al Araj falleció en un sector cercano a un hospital cerca de la ciudad de Hama, al sur de Alepo.
El emisario de la ONU, Staffan de Mistura, denunció que Damasco está imponiendo restricciones a la entrega de ayuda humanitaria en las localidades asediadas, pese a las resoluciones del Consejo de Seguridad sobre el acceso a esas zonas.
Los negociadores del gobierno de Bashar el Asad debían llegar el viernes a Ginebra. Allí se reanudaron el miércoles las negociaciones indirectas apadrinadas por la ONU con el objetivo de acercar posiciones -por le momento, diametralmente opuestas- entre el régimen y la oposición sobre la transición política en Siria.