“Los Papeles de Panamá”. Con este nombre, un trabajo en conjunto de diversos medios de comunicación liderados por el periódico alemán Süddeustche Zeitung y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) dieron a conocer este domingo lo que probablemente sea uno de los mayores escándalos financieros a nivel mundial de la historia, tanto por la importancia de los políticos y celebridades involucradas, así como por montos en juego.
Se trata de la filtración de datos obtenida desde la empresa panameña Mossack Fonseca, la cual reconoció haber sufrido un ataque informático a través del cual se obtuvo cerca de 2.6 TB de correos electrónicos clasificados, el equivalente a más de 221 millones de páginas tamaño carta.
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Esta firma se especializaba en servicios fiduciarios -es decir, administraban fondos a nombre de otras personas- aprovechando los beneficios fiscales del país centroamericano, con lo cual presidentes, reyes, aristócratas, artistas e incluso deportistas y sus familiares, montaban lo que se denomina una empresa offshore. Esto es, un negocio que puede funcionar en cualquier lugar del mundo, pero bajo las relajadas normativas panameñas.
Mira aquí la explicación de El Confidencial de España en un breve video:
Hasta el momento, la lista ha arrojado nombres de lo más influyentes y variopintos, entre los que se encuentran el recién electo presidente de Argentina, Mauricio Macri; el círculo íntimo del presidente de Rusia, Vladimir Putin; el rey de Arabia Saudita, Salman bin Abdulaziz bin Abdulrahman Al Saud; el cineasta español, Pedro Almodóvar; o el astro argentino del fútbol, Lionel Messi.
Los chilenos (hasta ahora) en la red: Alfredo Ovalle e Iván Zamorano
Nuestro país no quedó ajeno al escándalo, y hasta el momento dos chilenos han sido mencionados en la investigación: el expresidente de la Cámara de la Producción y el Comercio (CPC) y de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), Alfredo Ovalle Rodríguez; y el exseleccionado nacional de fútbol, Iván Zamorano.
Según los datos obtenidos desde Mossack Fonseca, Alfredo Ovalle tenía una sociedad de inversiones en industrias mineras y de alimentos. En 2002, junto a Raimundo Langlois Vicuña, recibieron un poder para administrar el grupo chileno minero Las Cenizas, a través de una empresa panameña llamada Sierra Leona SA, triangulando fondos para volverlos a invertir en Chile.
Este movimiento les granjeó dividendos que ocultaron en cuentas de los bancos Terrabank en Miami, HSBC Bank en Panamá, Bank American Express, Credit Suisse, Multibank y Banco General. Según expresa El Confidencial, sólo Credicorp Bank se negó en 2013 a concederles una nueva cuenta bancaria después de saber que Ovalle era el propietario.
Aunque la ICIJ consultó a Ovalle por esta situación, hasta ahora el empresario no se ha referido al tema.
Por otro lado, el caso de Iván Zamorano se remonta a la década del 90, cuando su carrera estaba en su apogeo como “pichichi” con el Real Madrid y era considerado uno de los 100 mejores jugadores del mundo por la FIFA, lo cual le acarreaba ingentes beneficios económicos. En aquella época, sus finanzas eran gestionadas por la empresa Fut Bam International Ltd., con sede en las Islas Vírgenes Británicas, otro conocido paraíso fiscal.
El Real Madrid pagó a Fut Bam International Ltd. cerca de 1.3 millones de dólares. Además, el club debía cancelar cerca de 300 mil euros (casi 230 millones de pesos chilenos) a la firma fiduciaria de Zamorano, entre 1993 y 1996.
Hasta ahora, el exjugador tampoco se ha referido al tema.