Los compromisos de pareja son similares a las etapas de una persona, pues ambos atraviesan por diferentes episodios durante su proceso de vida. En los primeros todo comienza con un coqueteo, el cual da paso al enamoramiento y finalmente termina en el amor maduro, haciendo que en cada uno de esos momentos se vivan situaciones intensas e importantes.
Pese a esa intensidad con que se viven hoy en día los compromisos, hay que destacar que el amor tiene una infinidad de matices, donde el rosa es solo un tono presente en esta paleta sentimental. Si bien al principio existe un periodo dulce como la miel, en que todo es felicidad, pasión y aventura, con el tiempo la pareja comenzará a experimentar momentos difíciles y rutinarios, sin embargo, no hay de que preocuparse, pues si se logra sobrevivir a ello es una señal de que dicho amor es real.
Pero como en todo aspecto, un gran número de personas desearía que esa luna de miel durará por toda la eternidad, pero hay que tener los pies bien puestos en la tierra y poseer la capacidad de hacerle frente a situaciones un tanto complejas; circunstancias en que una parte de la pareja se podría mostrar frío y algo distante, sobretodo en la intimidad.
Es así como la indiferencia se toma las páginas de esta historia en que el amor y el desamor hacen su aparición de forma majestuosa. Pero antes de ahondar en esta temática, es vital saber de qué hablamos cuando nos referimos a este concepto.
“Si el término indiferencia lo llevamos a una relación de pareja, nos referimos a la actitud en la que existe una absoluta desconexión con lo que el otro vive. Esta desconexión afecta todo nuestro comportamiento e incluye la conducta, los afectos y los pensamientos, haciendo que no percibamos ni comprendamos lo que el otro vive y siente, desencadenando con ello una serie de problemas en el ámbito de la comunicación, los proyectos compartidos y la intimidad”, señaló Andrés Córdova, psicólogo experto en terapia de parejas y docente de Universidad San Sebastián.
Plano sentimental en que debemos tener en cuenta que todo comunica, por lo que, la indiferencia es leída por el otro como un total desinterés, en otras palabras es igual a decir: para él o ella “yo no existo”.
Si bien algunos pueden pensar que la indiferencia es un estado que se apodera de las relaciones en un determinado momento, sin embargo, se debe tener presente que ésta se introduce así como una crisis silenciosa que nos advierte la necesidad de una reorganización en el compromiso. En este sentido, esta conducta estaría asociada a eventos externos o situaciones personales por las que atraviesan los miembros y que desencadena en que cada uno se centre en lo que le resulta satisfactorio para él, ya sean actividades personales o roles (laborales o familiares) que solo provoca un distanciamiento mutuo.
Asimismo, la indiferencia incluso puede ser malentendida e identificada dentro de la relación cuando ciertos eventos te hagan enfrentarla y asumir que algo inusual sucede con la pareja.
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Escenario ideal para preguntarse ¿cuáles son las razones por las qué ellos se muestran indiferentes en las relaciones? Frente a esta interrogante, el profesional sostuvo que esta conducta surge por problemas en el compromiso, momento en que el amor ha desaparecido, haciendo que sus protagonistas busquen fuentes de placer por otro lado, pues la pareja ya no nos reporta lo que inicialmente nos entregaba.
Del mismo modo, es vital tener en cuenta que la indiferencia se hace presente en los siguientes escenarios:
1- Atraviesa por un periodo de estrés
Si el hombre o mujer a quien tanto quieres está atravesando por un periodo difícil en el plano laboral o familiar, cualquier cosa que le genere más estrés del que está acostumbrado a manejar hará que ponga toda su energía en eso y como consecuencia adopte una actitud de indiferencia hacia la pareja. Frente a esto, lo importante es mantener la calma, pues a medida que logre resolver su situación, estará preparado para resolver los posibles conflictos generados en el compromiso.
2- Siente que lo estás presionando más de lo normal
Si tu entorno entero piensa en matrimonio, bebés y vida en pareja, puede que esa persona esté atravesando por un periodo de estrés generado por la presión que implica mantener una relación contigo.
Por eso es vital que analices el contexto en el que vives, tus comentarios y frases. Asimismo, que se sienta presionado no es señal que quiera terminar la relación, sino que es solo una forma de aclararse.
Si tú estás buscando otro tipo de compromiso, lo más recomendable es darle el tiempo necesario para que se decida, de lo contrario es momento de hablar con la pareja y en conjunto tomar la mejor decisión para ambos.
3- La mala interpretación de los mensajes dentro del compromiso
Si dentro de la relación no se decodifican los mismos códigos y se asume que se está bien solo por el hecho que no hay conflictos constantes, es una señal que algo no funciona perfectamente. Y ello se verá reflejado en un distanciamiento paulatino, que a simple vista no se notará, pero con el paso del tiempo dará sus primeros frutos, los cuales no serán para nada buenos.
4- Objetivos personales y no en conjunto
Uno de los miembros de la pareja se centra en sí mismo, en sus metas personales y sus intereses, descuidando el proyecto de vida en conjunto creado al inicio del noviazgo. Tal situación es un claro indicio que algo no funciona del todo bien y frente a eso es necesario replantearse si vale la pena seguir en aquella relación.
5- Inseguridad por parte de ellos
Tal sensación de incertidumbre es algo que ellos también viven a diario, y se ve reflejado en que muchas veces dudan no solo de lo que desean, sino también de lo que sus parejas sienten por ellos.
Estas inseguridades pueden traducirse en periodos de distanciamiento como un método de refugio ante una posible ruptura por parte de ellas.
“Cuando se vive un episodio de tales características, es vital dar con el origen de este comportamiento, ya que ello nos otorga un marco de comprensión de los factores que están incidiendo en el conflicto, así como las herramientas necesarias para reflexionar, decidir y definir las estrategias que nos ayudarán a continuar con la relación”, indicó el experto.
De no tomar ciertas medidas, hay que estar consciente que la principal consecuencia de esta fría conducta es el distanciamiento y la despreocupación hacia el otro, haciendo que se llegue a una etapa en que desconoceremos lo que piensa y siente mi pareja.
En dicho escenario podríamos llegar a sentir que no conocemos a nuestro enamorado (a) y no sabemos nada de la persona con la que estamos compartiendo nuestra cama. Tal situación, puede llevar incluso al quiebre de la relación y si existen elementos de inseguridad en uno de los miembros, profundizar la sensación de baja autoestima frente a la ruptura.
“Para que eso no ocurra, es vital no descuidar el compromiso ni menos la comunicación con la pareja, independiente de las actividades o los roles que cada uno desempeña, así como generar espacios de comunicación abierta, donde incluso se pueda clarificar lo que ambos piensan y sienten en ese minuto de la relación, ya que se quiera o no, hablar de lo que nos pasa es el mejor método para acabar con la indiferencia que una vez que se introduce en la pareja es muy difícil sacarla de ella”, declaró el especialista.