Un hombre sospechoso de abrir fuego indiscriminadamente en una localidad de Michigan, en el norte de Estados Unidos, fue arrestado este domingo tras matar a 7 personas.
Los ataques fueron cometidos la noche del sábado en el condado de Kalamazoo, unos 190 km al oeste de Detroit, y el sospechoso fue detenido poco después de la medianoche.
“Creemos tener a nuestro sospechoso bajo arresto”, dijo en conferencia de prensa el teniente de policía Dave Hines.
Hines indicó que hubo tres tiroteos: uno fuera de un complejo de apartamentos, otro fuera de una concesionaria de automóviles y el tercero en un restaurante.
El jefe del Departamento de Seguridad Pública de Kalamazoo, Jeff Hadley, indicó luego que el detenido era “un fuerte sospechoso”, al tiempo que señaló a los medios locales que el peligro había pasado.
Por el momento se desconocen las motivaciones del atacante, presentado como un hombre blanco de más de 50 años que conducía un coche Chevrolet de color azul.
Varias agencias policiales se vieron envueltas en el caso, y el número de víctimas así como sus perfiles iban cambiando con el paso de las horas.
El sheriff adjunto de Kalamazoo, Paul Matyas, dijo a CNN que siete personas murieron en el tiroteo, y que una resultó herida. Informes policiales previos hablaban de entre cinco y seis muertos.
La peor pesadilla
Matyas dijo que los tres tiroteos parecen estar relacionados.
“Esta es la peor pesadilla, cuando tienes alguien armado disparando y matando personas al azar”, señaló Matyas al canal 24 Hours News 8, afiliado a CNN.
Uno de los fallecidos en el restaurante es una adolescente, mientras que un padre y su hijo murieron en la concesionaria.
El sospechoso, que fue detenido en una parada en el tráfico, no opuso resistencia.
Los tiroteos son frecuentes en Estados Unidos, donde las armas son de fácil acceso y su porte está amparado en la Segunda Enmienda de la Constitución.
Los tiroteos de Kalamazoo, condado que cuenta con 76.000 habitantes, tuvieron lugar en el marco de una serie se incidentes violentos.
Entre ellos que figuran el ataque de San Bernardino en diciembre pasado, con saldo de 14 muertos y 22 heridos; y la masacre en la escuela de Sandy Hook, en diciembre de 2012, que dejó 20 niños y seis adultos fallecidos.
El presidente Barack Obama dijo el 1 de enero que uno de sus principales objetivos para este año sería luchar contra “la epidemia” de las armas, a pesar del bloqueo del Congreso en este terreno.
Los ataques armados dejan unos 30.000 muertos al año en Estados Unidos, donde los tiroteos de este tipo van en aumento.
Según el portal web gunviolencearchive.org, en 2015 hubo 330 tiroteos masivos en Estados Unidos, bastantes más que el año anterior (281). Afectaron a casi todo el país, tanto a ciudades grandes como pequeñas.