El ministro del Interior de Suecia, Anders Ygeman, estimó que entre 60.000 y 80.000 solicitantes de asilo registrados el año pasado serían expulsados tras desestimarse su solicitud, es decir, casi uno de cada dos.
Finlandia por su parte cuenta con expulsar entre 20.000 y 32.000 solicitantes que llegaron al país en 2015, teniendo en cuenta el porcentaje habitual de rechazo de peticiones de asilo que asciende al 65%, indicó a la AFP la jefa del gabinete del ministro del Interior de Finlandia, Païvi Nerg.
Los procedimientos respetan la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que prohíbe las expulsiones colectivas de migrantes salvo si previamente se ha analizado individualmente su caso, defienden los dos países nórdicos.
“Tenemos que ocuparnos lo mejor posible de aquellos que pueden quedarse, pero los que reciben una respuesta negativa deben marcharse”, se justificó el jefe de gobierno sueco, Stegan Löfven.
De los 58.800 casos tratados el año pasado por la Oficina Sueca de Migraciones, el 55% fueron aceptados. Sin embargo, la intención del gobierno choca con la realidad, ya que unos 40.000 migrantes, cuya solicitud de asilo fue rechazada, desaparecieron entre 2010 y 2015.
“Trueque de vidas humanas”
En Holanda, el líder del Partido Laborista en el congreso, Diederik Samsom, dijo que su país trabaja junto a otros Gobierno del entorno en un plan para deportar a migrantes de vuelta a Turquía, a cambio de acoger a 250.000 demandantes de asilo que estén en ese territorio.
Este proyecto lo examinan en coordinación con partidos políticos de otros 10 países, como Austria, Alemania y Suecia. No obstante, este podría contravenir la Convención de Ginebra y las políticas europeas, aseguró a la AFP un portavoz de la Comisión Europea.
La oenegé Amnistía Internacional criticó el proyecto. “Un plan de acogida a gran escala para los refugiados en Turquía es una buena idea, pero condicionarlo a un retorno rápido de las personas que cruzan las fronteras de manera ilegal constituye un trueque de vidas humanas”, afirmó John Dalhuisen, director de la oenegé para Europa.
Según la agencia de la ONU para los refugiados (Acnur), Grecia recibió en enero unos 47.000 migrantes, de los cuales el 92%, mayoritariamente sirios, iraquíes y afganos, pueden acceder al asilo.