A cinco días del inicio de las primarias presidenciales de Estados Unidos en Iowa (centro), el millonario Donald Trump volvió a sorprender al mundo político al anunciar que boicoteará el debate republicano de este jueves, en protesta contra la cadena Fox News.
Todos los ojos están puestos sobre los electores del pequeño y rural estado de Iowa, que será el que abra el lunes las primarias, en las que se miden 12 aspirantes republicanos y tres demócratas en busca de la investidura presidencial de sus partidos con miras a las elecciones de noviembre.
Más que nunca, Trump es el preferido de los votantes republicanos, con 41% de las intenciones de voto a nivel nacional, según un nuevo sondeo de CNN. El senador de Texas Ted Cruz, un ultra conservador que corteja el electorado evangélico, le sigue con 19%.
El magnate inmobiliario de 69 años, que nunca ha ejercido cargos públicos, y el senador de origen cubano de 45, debían enfrentarse en el escenario del debate organizado por la cadena Fox News este jueves en Des Moines, capital del estado.
Pero Trump, sin experiencia en cargos públicos, sigue reescribiendo el manual electoral.
Como una bomba cayó su anuncio la noche del martes de anular su comparecencia en el debate, fustigando a la televisora y su periodista estrella Megyn Kelly, a la que acusa de injusta y pide su retiro del evento.
“El señor Trump conoce un mal negocio cuando lo ve”, indicó el martes en un comunicado el equipo de campaña del magnate, quien se jacta de sus dotes de negociador y empresario.
Fox News reaccionó airadamente, defendió a Kelly y condenó la “terrorización” de la que la cadena y la periodista habrían sido objeto por parte del equipo de Trump.
Sin retroceder un ápice, Trump redobló la apuesta al anunciar que realizará un “evento especial” el jueves a la misma hora del debate y en la misma ciudad, en beneficio de veteranos de guerra heridos.
Cruz y los evangélicos
Sin Trump en la escena, será Ted Cruz, su más cercano rival, el hombre en el centro del debate de Fox News. Siete candidatos estarán en el escenario, entre ellos el senador de origen cubano Marco Rubio, el neurocirujano Ben Carson y el exgobernador de Florida, Jeb Bush.
En las intenciones de voto para la primaria de Iowa, Cruz está cinco puntos por debajo del magnate, según un promedio realizado por el sitio RealClearPolitics de las últimas encuestas en el estado.
Al referirse al ascenso de Trump, el senador advirtió el lunes a pastores evangélicos en Iowa que si el millonario logra ganar ese estado, en la siguiente primaria en New Hampshire, podría llegar a ser “imparable”.
Frente a la deserción de Trump del debate, Cruz no perdió ocasión de atacar a su rival.
Al recordar que el millonario lo trató de “estúpido”, Cruz lo retó a un duelo “mano a mano” abierto a los medios: “Debería desempeñarse muy bien en un debate con alguien que es tan estúpido, sin los moderadores a los que tanto le teme”, lanzó, sarcástico durante un programa radial muy escuchado por los republicanos.
En una carta dirigida a su “querido Donald”, Cruz lanzó formalmente este miércoles una invitación a Trump a un debate el sábado en Des Moines entre los “dos candidatos republicanos punteros”. El “sitio está ya reservado”.
El desafío de Iowa para el senador es asestar un golpe simbólico al hombre que domina la campaña desde julio del año pasado. El objetivo es unificar el ala derecha del Partido Republicano, actualmente desperdigada entre varios candidatos.
Cruz recibió el apoyo de líderes del movimiento evangélico, influyente en Iowa. Seis de cada diez votantes republicanos en 2012 en el estado eran evangélicos.
El presidente de la organización Family Research Council, Tony Perkins, que combate el matrimonio gay y el derecho al aborto, se pasó al campo de Cruz: “Ted es un conservador constitucional que defenderá la fe, la familia y la libertad”.
Dana Loesch, una estrella radial muy popular en los círculos conservadores y defensora del Tea Party, también llamó a votar por el senador.
Pero otras importantes figuras republicanas unieron filas con Trump, incluyendo la aspirante a vicepresidenta en 2008, Sarah Palin, y el presidente de la enorme universidad evangélica Liberty University, Jerry Falwell Jr.