Un formato muy especial tiene este montaje: teatro y concierto poético y musical sobre la base de una veintena de antipoemas de “Obra gruesa” (1969), de Nicanor Parra.
Una propuesta escénica de alto nivel artístico y clase de actuación de Patricio Contreras (68), actor chileno, radicado en Argentina, dueño de un indiscutido nivel internacional, exhibido en teatro (“Muerte acciental de un anarquista”, “Devastados”), cine (“La historia oficial”, “La frontera”, “Sexo con amor”) y televisión (“Tiempo final”, “Modern Family”), entre un centenar de títulos.
De principio a fin se advierte el deseo de lucir los versos del antipoeta, junto con poner la palabra al servicio de la cosmovision cotidiana que el autor va construyendo.
Patricio Contreras, con barba blanca, anteojos y vestido muy formalmente, a través de sencilla y efectiva kinética, aproxima al espectador a la chispa, ingenio, ironía, humor y profundidad parriana.
Todas las facetas
El actor inicia la presentación con dos o tres palabras y un imprevisto intervalo, antes de abandonar la sala.
Al regreso, pone en circulación “Manifiesto”, que asegura con humor, severidad “y mucho respeto”, que “los poetas bajaron del Olimpo”, versos que critican y se ríen de las ínfulas elitistas de algunos creadores, incluso los más famosos.
Todo el recorrido que realiza después por los diversos espacios escénicos, iluminados con precisión, sirven al antipoeta para reiterar que la poseía “es un artículo de primera necesidad”.
Variados son los temas y alusiones que aborda el montaje. La selección incluye versos que configuran una especie de esqueleto del pensamiento y vivencias del antipoeta sobre la vida y la muerte.
En una hora se vierten antipoemas de tono melancólico-romántico (“Es olvido”), alegres y dicharacheros (“Brindis a lo humano y a la divino”), sobre el sexo y lo femenino (“Mujeres”), alusiones religioso-espirituales (“Padre Nuestro”)…
Son entregado por Contreras con un decir intencionado, cero caricatura, con inflexiones cotidianas y gran fuerza interpretativa.
Un momento estremecedor y brillante ocurre cuando el director del montaje, el argentino Alejandro Tantanián, acompaña con su voz de tenor a Patricio Contreras en ese verdadero himno que es “Defensa de Violeta Parra”.
Siempre con el destacado apoyo musical del compositor e intérprete en piano del argentino Diego Penelas, que durante la presentación se pasea por la cueca, la cumbia, el tango y el vals.
Aquí, Parra habla del amor y admiración por su hermana, fustiga a los poderosos por su indiferencia y desprecio por el arte, alude a la naturaleza y a la geografía chilena, a la dignidad de la artista, a la música, al folclore, al taleto creativo…
Como si fuera una síntesis de la realidad nacional.
Gam. Alameda 227. Jueves, viernes, sábado y domingo. Entrada general $ 6.000; Estudiantes y tercera edad $ 4.000. Hasta el 31 de Enero.