Inaugurado en 1922, el anfiteatro del Instituto de Anatomía de la Universidad de Chile fue declarado hoy, Monumento Nacional, en la categoría de Monumento histórico, convirtiéndose así en el octavo monumento nacional de la comuna de Independencia.
Desde 1823 hasta 1889, los estudios de anatomía en Chile se efectuaban en una construcción a los pies del antiguo hospital San Juan de Dios, ubicado en la Alameda a la altura de calle Santa Rosa. En 1889 se inauguró el primer complejo docente para la enseñanza de la medicina en Chile, ubicado en la calle La Cañadilla, en la actual comuna de Independencia. Sin embargo, en 1918, se incendió la Escuela de Farmacia ubicada por calle Panteón (actual Profesor Zañartu), lo que permitió que se destine ese sitio alejado de la Escuela de Medicina para la construcción de su anfiteatro de anatomía.
El diseño para la construcción del anfiteatro, recogió las últimas tecnologías de la época en el tratamiento de cuerpos humanos, siendo inaugurado en 1922 con el nombre de Anfiteatro de Anatomía José Joaquín Aguirre, en conmemoración de los 100 años de su natalicio.
El nuevo monumento nacional tiene un diseño de estilo de ecléctico de carácter neoclásico, en consonancia con la Escuela de Medicina de La Cañadilla, construido principalmente en albañilería. Se compone de dos plantas: La principal, en la que se impartían las cátedras de anatomía y una planta soterrada un metro respecto al nivel de la escena del auditorio, donde funcionaban el depósito de los materiales docentes y las instalaciones higiénicas necesarias para su función. Luego del incendio de la antigua Escuela de Medicina de la Cañadilla en 1948, ese inmueble fue el único que quedó en pie, siendo integrado posteriormente al proyecto de la Escuela de Medicina del arquitecto Juan Martínez, entre 1952 – 1960.
Entre las colecciones que destacan en el Museo de Anatomía están las preparaciones cadavéricas y artificiales. Son alrededor de 500 piezas que muestra con claridad componentes anatómicos. Llama la atención un modelo de escala natural del Dr. Ansoux, adquirido en 1846 por el Estado de Chile al quedar fortuitamente en el Puerto de Valparaíso. Se presume que es el único ejemplar intacto del mundo. También está la colección de Teratología, que son 154 campanas de vidrio con partes humanas en formalina, cuyo objetivo es facilitar el estudio de malformaciones en el cuerpo humano. Además existen ilustraciones de anatomía en 475 lienzos, realizados desde fines del siglo XIX por expertos, docentes y estudiantes como material de apoyo de las cátedras de anatomía.
Dentro de los valores históricos, arquitectónicos y artísticos del anfiteatro es que este monumento es la primera edificación diseñada exclusivamente para la enseñanza de la anatomía en Chile, siendo el exponente más antiguo de esta tipología actualmente en uso. Además el inmueble es el único vestigio de la original Escuela de Medicina de La Cañadilla, el primer complejo destinado a su enseñanza en Chile construido en 1889 y destruida por un incendio en el año 1948.