A penas empieza la estación veraniega, el primero en ver el sol es tu preciado bikini que pasó meses guardado al fondo de un cajón. Pese a que muchas cambian de talla entre un año y otro, lo usual es que estas pequeñas prendas logren adaptarse al cuerpo luego de “moldearlo” durante unos minutos frente al espejo.
Es de esta manera como el mismo bañador entra y sale de la lavadora -y la piscina- decenas de veces durante el verano, perdiendo ese bonito color que llamó tu atención en la tienda a penas lo viste. Al respecto, la versión en español del sitio Huffingtonpost enumeró 8 trucos para lavar tu bikini sin que pierda sus tonos y forma, y así puedas utilizarlo nuevamente a fin de año.
1. Remojar en sal y vinagre
A penas compres el traje de baño, debes sumergirlo en una mezcla de sal y vinagre. Esto ayudará a que los colores de tu prenda estén fijados por más tiempo y no se destiñan con rapidez.
2. Lavar luego de usar
Entrar a la ducha con el bikini puesto no es una forma adecuada de lavarlo. Según recomienda el sitio, lo mejor que puedes hacer es quitártelo y lavarlo con un jabón neutro para sacarle la sal o el cloro que se haya adherido a él. Después lo enjuagas con agua tibia.
3. Lavadora: Una vez a la semana
Además del lavado anterior, conviene que una vez a la semana el bañador pase por la lavadora. Para que no se dañe, lo recomendable es meterlo en una bolsa de algodón y programar la máquina en “prendas delicadas”.
4. ¡No lo estrujes!
No hay una manía que le haga más daño a la forma del bañador que estrujarlo después de su uso. “Pierde su forma y elasticidad”, comenta el sitio Swimsuitsdirect, quienes aconsejan colocar la prenda entre dos toallas para que éstas absorban el agua contenida.
5. Jamás secar al sol
¿Te has percatado que cuándo dejas tu bikini al sol toda una tarde luego está rígido como un cartón? Lo anterior sucede porque esta prenda es muy delicada y tanta exposición al sol daña en cosa de minutos.
Para secar tu bikini, es mejor que lo seques a la sombra -al aire libre- y con el estampado hacia adentro. Aunque tarde más, debes esperar que esté totalmente seco para volver a usarlo (y evitar hongos o microbios).
6. Ten más de uno
Tomando en cuenta que es una prenda delicada, lo más recomendable es que alternes su uso entre uno y otro, según recomienda el sitio de trajes de baños.
7. No planchar
Si el sol es demasiado, imagínate la plancha. Usar este artefacto doméstico en bikinis de mala o mediana calidad, terminará por “derretir” su estampado y dañar la prenda.
8. Guardarlo hasta el otro año
Terminado el verano, no debes olvidar lavar y secar tu bikini tal como se señala en los puntos anterior. Una vez seco, guárdalo en una bolsa de tela dentro de un cajón que no esté apretado.