La Comisión Internacional de Derechos Humanos (CIDH) declaró admisible la demanda interpuesta por el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh) contra el Estado de Chile por prohibirle hacer clases de religión a una profesora homosexual.
Tras seis años de silencio, Sandra Pavez, la profesora que fue privada de sus funciones académicas por el Estado de Chile debido a su orientación sexual, dio a conocer públicamente su postura frente al fallo de la Comisión Internacional de Derechos Humanos quien declaró admisible la demanda internacional a nuestro país.
Pavez, quien trabaja como inspectora en un Colegio de San Bernardo, aclaró que está decepcionada de la iglesia católica, ya que pensaba que esta institución era “más humana” y entregaría un mayor apoyo a las personas por su orientación sexual.
Recordemos que en 2007, después de 22 años impartiendo clases de religión en una escuela pública de Santiago, Pavez fue notificada por el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González Errázuriz, de que ya no podría realizar la asignatura tras enterarse que era lesbiana, exigiéndole que dejara a su pareja y que asistiera a un psiquiatra, según consignó Emol.
Ella se negó y nunca pudo volver a ingresar a un aula. La iglesia se valió de un decreto creado en 1984 durante la dictadura militar, el que explicita que la institución tiene el derecho para decidir las personas que son idóneas para impartir clases de religión.