El mundo se prepara para recibir el nuevo año con un importante dispositivo de seguridad, particularmente en Europa, frente al riesgo de nuevos atentados, tan solo unas semanas después de los mortíferos ataques de París.
En Bruselas, las celebraciones han sido anuladas después de que seis personas fueron detenidas el jueves por amenazas de atacar la ciudad durante las fiestas de fin de año.
La capital francesa, aún en estado de shock por las masacres del 13 de noviembre (130 muertos), prevé por su parte un enorme despliegue policial y militar para la noche de San Silvestre.
Pese a esta amenaza, en Asia, en Oriente Medio, en África, en Europa y finalmente en América, millones de personas celebrarán en las calles las doce campanadas de medianoche entre fuegos artificiales, conciertos y espectáculos de luz.
A causa de la diferencia horaria, el derroche de efectos pirotécnicos por encima del icónico puente de la bahía de Sídney y de su Ópera fue el primer gran espectáculo de Año Nuevo.
La mayor ciudad de Australia, donde se han visto los primeros fuegos artificiales desde las 21:00 locales, organizó este año los festejos aún más a lo grande, desembolsando 7 millones de dólares australianos para 12 minutos de espectáculo.
“Esto mejora cada año”, resumió el alcalde de Sídney, Clover Moore, que prometió 2.400 cohetes adicionales lanzados desde el puente de Sídney y una “infinidad de efectos nuevos”. En total, siete toneladas de artilugios pirotécnicos iluminaron el cielo de esta ciudad australiana.
Aunque Hong Kong, Pekín, Singapur y otras megalópolis asiáticas intentarán ponerse al nivel de Sídney, la velada será muy sobria en la sultanía de Brunéi, donde las autoridades prohibieron cualquier celebración de fin de año en virtud de una concepción propia de la ley islámica.
En París, todavía traumatizada por los atentados, estarán prohibidos los espectáculos de fuegos artificiales por “decencia”, según el entorno de la alcaldesa Anne Hidalgo.
La tradicional celebración de Año Nuevo en los Campos Elíseos se mantiene pero con sobriedad y 1.600 policías y gendarmes para vigilar la famosa avenida.
Estoy “decidido a hacerlo todo para proteger a los franceses”, dijo el presidente francés François Hollande en un mensaje.
‘París sigue en pie’
Unos 11.000 policías, militares y bomberos, frente a los 9.000 en 2014, serán desplegados en la capital de Francia y alrededores, según el prefecto de la policía.
“No podíamos no hacer nada. (…) Después de lo que nuestra ciudad ha vivido, debemos enviar un mensaje al mundo: ‘París sigue en pie’”, justificó Hidalgo en el semanario Journal du Dimanche (JDD).
“Más vale no correr riesgos”, explicó por su parte el alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, al anunciar la anulación de los fuegos artificiales previstos en el centro de la ciudad tras las nuevas detenciones.
Muchos otros países pusieron en alerta máxima a sus fuerzas del orden, como Turquía, donde se frustró un atentado suicida en Ankara.
La emblemática Plaza Roja de Moscú, tradicional punto de encuentro en Año Nuevo, permanecerá, por primera vez cerrada al público por temor también a un atentado.
En Madrid, donde se prevé un dispositivo de seguridad sin precedentes, la policía limitará a 25.000 el número de personas autorizadas a tomar las doce uvas a medianoche en la Puerta del Sol, mientras que, en Londres, cerca de 3.000 policías vigilarán los tradicionales fuegos artificiales a orillas del Támesis.
En Berlín, la canciller Angela Merkel se mantuvo firme en su controvertida política de puertas abiertas para los migrantes, afirmando en su mensaje que su llegada constituye “una oportunidad” para Alemania.
En Egipto, donde las autoridades buscan desesperadamente atraer de nuevo a los turistas, se han previsto importantes celebraciones ante las pirámides de El Cairo, con numerosos artistas invitados.
En la vecina Franja de Gaza, el movimiento islamista palestino Hamas prohibió las fiestas de Año Nuevo en lugares públicos, al considerarlas una ofensa a los “valores y tradiciones religiosos”.
Nueva York sí espera acoger a un millón de personas en Time Square para festejar la llegada de 2016 con las actuaciones de artistas como Demi Lovato o Jessi J, pese a un importante dispositivo de seguridad.
La capital de Sierra Leona, uno de los países de África más afectados por el ébola, hará todo lo posible para recuperar su puesto entre las mejores ciudades donde salir de fiesta. Hace 12 meses, Freetown estaba completamente desierta a causa del virus.
En Río de Janeiro, la playa de Copacabana espera dos millones de personas para comenzar un 2016 con las expectativas puestas en los Juegos Olímpicos, los primeros en América del Sur.