Rusia exigió el miércoles a Turquía que detuviera a un ciudadano turco al que acusa de haber matado a uno de los pilotos del avión ruso derribado el 24 de noviembre por F-16 turcos cuando sobrevolaba la frontera turcosiria.
“Exigimos medidas inmediatas por parte de las autoridades turcas para que detengan a Alparslan Çelik y a sus cómplices, y les lleven ante la justicia por el asesinato del piloto ruso”, declaró la portavoz del ministerio ruso de Relaciones Exteriores, Maria Zakharova.
El 24 noviembre, F-16 turcos abatieron un Sukhoi-24 que sobrevolaba la frontera turcosiria y uno de los dos pilotos murió ametrallado cuando descendía en paracaídas.
En una entrevista con el diario Hürriyet publicada el domingo, el miliciano Alparslan Çelik, turco que combate junto a la minoría turcomena de Siria, afirmaba que no podía tener “mala conciencia” por haber disparado contra “alguien que lanza bombas sobre civiles turcomanos cada día”, en referencia al piloto ruso.
Ya en noviembre, Ankara había acusado a Moscú de bombardear ciudades de civiles de esta minoría siria turcoparlante.
“La venganza es el derecho más natural”, declaró Çelik, sin reivindicar su participación directa o indirecta en el derribo del aparato.
“Ha confesado su implicación directa en el asesinato del piloto ruso”, aseguró por su parte Zakharova en un comunicado. “Y no se arrepiente de sus actos”, agregó.
Zakharova incidió en la “sorpresa y la indignación” de Moscú de ver cómo “uno de los principales diarios turcos sirve de plataforma a asesinos y terroristas para que se jacten de sus crímenes y propaguen el odio contra Rusia y el pueblo ruso por medio de una ideología nacionalista”.
El derribo del aparato, calificado por Vladimir Putin de “puñalada en la espalda”, provocó una grave crisis entre Ankara y Moscú.
Rusia adoptó entonces una serie de medidas de represalia (como la revocación de visas a ciudadanos turcos o un embargo alimentario) contra el que hasta entonces consideraba un socio privilegiado.