El jefe del gobierno español en funciones, Mariano Rajoy, que perdió la mayoría absoluta en las recientes elecciones, anunció este martes que seguirá intentando recabar apoyos para formar gobierno, pese al rechazo expresado por otros partidos hasta ahora.
“Creemos que la voluntad de los españoles sobre quien debe gobernar es clara, creemos que hay un mandato, y yo, desde luego insisto: cumpliendo con el encargo de los españoles, voy a intentar formar gobierno”, dijo este martes Rajoy, en una comparecencia tras el último consejo de ministros del año.
Rajoy excluyó también la posibilidad de dejar su sitio a otro miembro de su formación política, el Partido Popular (PP), e insistió en que si hubiera que convocar a otras elecciones su intención es repetir como candidato.
El dirigente conservador, que tiene 123 diputados (lejos de la mayoría absoluta de 176) tras los comicios del 20 de noviembre, parece confiar todavía en convencer al Partido Socialista (PSOE), segunda fuerza más votada con 90 diputados, de que le permita gobernar.
Rajoy hizo un guiño a esta formación al insistir en que una mayoría de españoles votó “de manera coincidente en cuestiones fundamentales”, como “la defensa de la unidad de España, la defensa de la soberanía nacional, la defensa de la igualdad de todos los españoles, la consolidación de la recuperación económica” o la lucha contra el terrorismo.
Esta declaración llega al día siguiente de que los socialistas exigieran al partido de izquierda radical Podemos (69 diputados) renunciar a su defensa de un referéndum sobre la independencia de Cataluña para negociar un eventual pacto de gobierno de izquierdas.
Pero, el número dos del PSOE, César Luena, reiteró este martes que “vamos a votar que no a lo que supone Rajoy y el PP, que supone fundamentalmente inmovilismo, imposición y desigualdad”.
El jefe del gobierno español necesita los votos del PSOE o al menos su abstención para lograr la investidura.
Rajoy volvió a destacar la recuperación económica insistiendo en que para no ponerla en peligro “lo más razonable (…) es formar un gobierno de amplio apoyo parlamentario”.
Un gobierno “que genere confianza dentro y fuera de España y que proporcione estabilidad y certidumbre al conjunto de los agentes económicos y sociales, y en general al conjunto de nuestros compatriotas”.