Todos los músicos, sin importar el estilo o instrumento que ejecuten, están expuestos a distintas enfermedades que son propias del área, en especial cuando pasan muchas horas practicando y tocando en vivo.

La piel, las articulaciones y los músculos, entre otros, pueden sufrir ciertas lesiones, que afectan con mayor facilidad a los interpretes y compositores que llevan a tope sus capacidades, aunque también afectan en gran parte a quienes no llegan tan lejos, pero sí ejecutan de manera incorrecta los instrumentos.

Durante la década de los noventa el libro Tecnopatías de los Músicos, de Luis Orozco y Joaquín Solé, señalaba que al menos un 35% de los músicos padecía alguna patología relacionada con su actividad musical. Hoy, ya se habla de un 75%, según el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.

Agencia UNO

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Tendinitis

Es la inflamación o irritación localizada del tendón, que se produce (en el caso de los músicos) por la repetición prolongada de movimientos en ciertas posturas, generando una sobrecarga de los grupos tendinios, que habitualmente pasan de un proceso inflamatorio inicial a una enfermedad del tendón, según señala Hugo Marambio, traumatólogo de la Clínica Santa María.

Los síntomas de la tendinitis pueden pasar por un simple dolor y llegar incluso a la inmovilidad.

Tocar guitarra o bajo con una mala postura de manos, por ejemplo, puede facilitar que se produzca una tendinitis. Lo mismo sucede con quienes pasan horas y horas tocando piano o teclado. Aquí es donde la técnica se vuelve de suma importancia a la hora de ejecutar un instrumento.

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Síndrome de sobrecarga muscular

A veces se confunde con la tendinitis debido a que también se produce por la práctica prolongada de movimientos repetitivos. Sin embargo, se condiciona más por la intensidad al ejecutar el instrumento que por la cantidad de tiempo, y afecta a los músculos que sufren una fatiga o una contractura debido a la sobrexigencia.

Este problema que principalmente padecen los flautistas, violoncelistas y clarinetistas, se genera en las manos, muñeca, antebrazo, cuello y hombros. Sus síntomas son dolores sistemáticos al tocar, los cuales general dificultad en la ejecución.

En casos graves se requiere de meses para la recuperación y de una readecueción en la forma de ejecutar el instrumento, apelando nuevamente a la mejora en la técnica de ejecución.

Slayer

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Tinitus

Esta es un problema complicado, que consiste en percibir un zumbido o pitido constante que no proviene del ambiente, sino que se genera en el organismo, y que puede producir incluso cuadros de estrés debido a la recurrencia y a la imposibilidad de dejar de escucharlo una vez que se padece.

Puede ser temporal o permanente, y se produce, entre otras causas, por un trauma acústico al estar expuestos de manera constante a volúmenes muy fuertes, que superan los 65 decibelios recomendados por la OMS.

Un nivel perjudicial de ruido puede ser la exposición a más de 85 decibelios (dB) durante ocho horas o 100 dB durante 15 minutos. En un concierto de Rock, por ejemplo, los niveles fácilmente pueden superar los 115 decibelios.

La forma de evitarlos es utilizando tapones o protección mientras se ejecutan los instrumentos a alto volumen, lo que también es válido para el público, pues también está expuesto, aunque en menor cantidad.

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Síndrome de túnel Carpiano

Cómo su nombre lo dice, afecta al túnel carpiano, que se encuentra entre los huesos de la muñeca, por donde pasa el tendón flexor que permite mover los dedos.

Este problema afecta principalmente a los guitarristas, quienes al utilizar malas posturas en la muñeca, generan presión sobre el tendón flexor y el nervio, lo cual produce una irritación al rozar constantemente con los huesos.

Debido a esta irritación, a la larga, se puede producir una callosidad que disminuye la habilidad de la mano y genera dolor al forzar los movimientos, hormigueos y trastornos de sensibilidad.

Si bien no es un problema que afecta sólo a los músicos, es grave para los guitarristas, pues genera una disminución en sus habilidades y puede requerir de una solución quirúrgica si no se trata a tiempo.

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Síndrome de Satchmo

En este caso se refiere a la ruptura del músculo orbicular de los labios que afecta a los músicos de instrumentos de viento metálicos.

Fue bautizado como Satchmo precisamente por del trompetista de jazz Louis Amstromg, autor de la célebre canción “What a Wonderful World”, quien sufrió esta lesión durante su carrera.

En este síndrome se producen microroturas en el músculo de la boca, las cuales puede cicatrizar y generar quistes fibrosos que derivarán en problemas para tocar el instrumento.

Sus síntomas se ven en la fatiga del labio, el dolor y la dificultad para tocar notas agudas. Sin embargo se puede prevenir realizando ejercicios de calentamiento previo y descansando al detectar molestias al tocar el instrumento de viento.

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Un estudio hecho en 2009 a 450 músicos de Argentina, dio como resultado que el 53% habían sufrido alguna vez de lesiones a los músculos, tendones y articulaciones, un 22% eran por trauma y un 17%, por distonía. Este último es un síndrome menos frecuente, pero que también afecta a los músicos, generando problemas en el sistema nervioso central, con movimientos involuntarios gatillados por un acto repetitivo determinado.

Se produce por una respuesta del cuerpo a una sobrecarga de trabajo muscular en situaciones de estrés, y por lo general el músico que lo padece lo asocia con la frustración por no lograr ejecutar ciertas composiciones.