Vahid está detenido en Teherán por haber publicado en línea unas fotografías rodeado de jóvenes mujeres en fiestas privadas. En Irán, tener una aplicación móvil de mensajería instantánea conlleva riesgos.
Las fotos, descubiertas por los “gendarmes” iraníes del internet, escandalizaron a los más puritanos en la República islámica, donde el porte del velo es obligatorio para las mujeres.
Catorce jóvenes vestidas ligeras de ropa aparecen en poses sensuales, junto a Vahid, en la serie de instantáneas colgadas en la aplicación Telegram.
Vahid, de 30 años, trató de defenderse sin mucho acierto al afirmar que su teléfono había sido robado y que las jóvenes eran sus “hermanas”.
Pero la policía no había registrado ninguna denuncia por robo y Vahid no pudo eludir su arresto ni la detención preventiva.
Finalmente, reconoció haber colgado las fotos.
“Fue el mayor error de mi vida”, declaró tras ser arrestado en Teherán. Su imagen, esposado, con la cabeza entre las manos, copó las portadas de varios diarios iraníes.
La oficina de Jamenei, en Telegram
Para quienes denuncian el “contenido inmoral” de las aplicaciones populares como Telegram, Whatsapp o Viber, el caso les vino como anillo al dedo.
Durante los ocho últimos meses, 609 hombres y 114 mujeres fueron detenidos, sospechosos de cibercrímenes “económicos, morales y sociales”.
Con 14 millones de usuarios, Telegram se ha convertido en un año en la aplicación más popular de Irán, un país joven en el que siete de cada diez iraníes tiene acceso a internet, según cifras oficiales.
La utiliza incluso la oficina del guía supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, pese a denunciar con frecuencia “la infiltración cultural” de Estados Unidos.
Hace unos meses, Telegram fue amenazado por el Comité contra la Cibercriminalidad, que prometió bloquearlo si no tomaba “medidas adecuadas para conformarse a la ley”.
Facebook y Twitter ya están teóricamente prohibidos en Irán, aunque se siguen usando gracias a programas fáciles de obtener. Entre sus usuarios, también hay altos dirigentes.
El presidente Hasan Rohani, un religioso moderado, ha juzgado públicamente inútiles las tentativas de prohibir las redes sociales.
La teoría del ‘complot’
Telegram prefirió no correr riesgos y aceptó bloquear por si mismo los contenidos juzgados inmorales por el gobierno, anunció en septiembre el ministro de Telecomunicaciones, Mahmud Vaezi.
Varias imágenes de carácter pornográfico aparecieron no obstante en su red en octubre. La aplicación, cuya dirección está basada en Berlín, acusó a Irán de haber bloqueado el acceso, pero las autoridades dijeron que se trataba de un problema técnico. Telegram pidió disculpas.
Conservadores, medios y personalidades aprovecharon para denunciar un “complot” urdido por los enemigos de Irán a través de esta empresa. “El cuartel general (de Telegram) se halla en Israel y sus servidores en Gran Bretaña”, afirmó un especialista en nuevas tecnologías en un debate en la televisión nacional.
Mientras, el agente inmobiliario Vahid corre el riesgo de pasar varios años en la cárcel por uso indebido de Telegram, según las autoridades. Sobre todo después de que algunas jóvenes de las fotografías lo denunciaran, afirmando haber sido engañadas.