La Reserva Federal inició este martes una reunión de dos días que podría marcar el fin de siete años de una política monetaria basada en casi nulas tasas de interés para estimular la economía estadounidense.
El comité de política monetaria de la FED anunciará el miércoles su decisión, la que luego será explicada ante la prensa por la presidencia de la entidad Janet Yellen.
La Fed divulgará también nuevas previsiones económicas, entre ellas las de crecimiento, desempleo e inflación.
Con la economía estadounidense creciendo modesta pero continuamente, se espera que la Fed aumente en 0,25% su rango de tasas directrices que se ha mantenido entre 0 y 0,25% desde fines de 2008 para abaratar el dinero y ayudar a Estados Unidos de la recesión.
Ese aumento sería el primero de una serie de incrementos previstos para los próximos dos años, estiman analistas.
Economistas, tanto estadounidenses como extranjeros, creen no obstante que Estados Unidos aún no está listo para cambiar su política monetaria o, al menos, que aún no está obligado a hacerlo.
La tasa de referencia es una herramienta de corto plazo para los créditos interbancarios que influye en las tasas a través de todo el sistema financiero.
Más importante aun, las expectativas sobre sus niveles futuros determina las tasas de interés de largo plazo sobre los préstamos para viviendas y vehículos, el financiamiento para empresas y gobiernos extranjeros, y los depósitos de los ahorristas.
La perspectiva del inicio de la campaña para elevar las tasas y reforzar la política monetaria estadounidense después de años de dólares baratos ha provocado turbulencias en el sistema financiero mundial, perjudicando especialmente las economías de los mercados emergentes con gran exposición al dólar, debilitando sus monedas.
Esto ocurre mientras los principales bancos centrales en todas partes, incluidos China, Japón y la eurozona, están relajando la política monetaria para estimular el crecimiento.
“Calibrando la política”
Sin embargo, incluso con un incremento de 0,25 puntos, las tasas estadounidenses continuarán siendo extraordinariamente bajas, lejos de lo que la Fed considera un nivel “normal”.
Yellen ha destacado que la Fed continúa esperando un repunte del mercado laboral y un freno de la inflación, lo que significa que las tasas continuarán bajas para estimular un mayor crecimiento.
“La Fed no está tratando de frenar una economía en rápido crecimiento ni amortiguar una inflación galopante”, dijo Sam Stovall, estratega de acciones de S&P Capital IQ. Un aumento es “un intento de recalibrar, no de frenar”.
La inflación extremadamente débil es una de las razones cruciales por las que algunos miembros del FOMC se han resistido dar el paso, argumentando que es conveniente esperar hasta que haya un despegue.
Sin embargo, Yellen argumentó en un discurso el 2 de diciembre que si la Fed espera demasiado “terminaremos teniendo que reforzar la política económica abruptamente para mantener la economía por haber errado el blanco en dos de nuestros objetivos”.
Con el primer aumento de tasas ya previsto, la gran interrogante es ¿qué ocurrirá después?
Yellen ha dicho repetidamente que salir del nivel cero será el inicio de una serie de incrementos cuya rapidez dependerá de cómo reaccione la economía: lenta si hay debilidad y rápida si hay repunte.
Por estas razones, muchos ojos están puestos en lo que declaren la Fed y Yellen y en los pronósticos sobre sus expectativas de crecimiento económico y los niveles esperados de las tasas de la Fed hacia fines de 2016 y 2017.
“Hay una gran brecha entre las expectativas de los mercados financieros y las expectativas del Comité de la Fed sobre el curso de las tasas”, dijo el Deutsche Bank en una nota a sus clientes.
El Deutsche Bank indicó que los mercados esperan en promedio sólo dos incrementos el próximo año, mientras que en las proyecciones de la Fed en septiembre se mencionaron cuatro aumentos para terminar en casi 1,5%.
Si la Fed ratifica esta postura, se reforzaría el dólar pero afectaría al mercado bursátil.