El oficialista Daniel Scioli apenas pudo recorrer este miércoles una vía peatonal en las afueras de Buenos Aires por el acoso de seguidores mientras su rival Mauricio Macri, protagonizó un carnaval de volantes y globos en el norte del país: la campaña por la presidencia argentina se intensifica en las calles.
En La Matanza, un distrito de casi dos millones de habitantes vecino de Buenos Aires, considerado un termómetro electoral, Scioli prometió un gobierno “sin ajustes para los trabajadores”, aumentos de salarios, reducción de impuestos y mejoras a los jubilados que lo escucharon en un centro social para la tercera edad.
A menos de tres semanas de la segunda vuelta del 22 de noviembre, ambos aspirantes a suceder a la presidenta Cristina Kirchner (2007-2011; 2011-2015), arrecian en sus ataques y también en mitines a los largo y ancho de este país de 40 millones de personas.
El gobernador de la poderosa provincia de Buenos Aires, de 58 años, también bajó a caminar por una vía peatonal en la zona comercial de este suburbio de clase trabajadora, pero la fuerza de la multitud que quería sacarle una foto con celular o acercarle peticiones en sobres, se enredó con la decena de periodistas que intentaron obtener alguna declaración.
Se propuso “darle razones desde lo racional y desde lo emocional” a esos siete millones de argentinos que no votaron por él ni por el opositor Macri en la primera vuelta del 25 de octubre.
“Queremos que nos acompañen en el capítulo del gran desarrollo de la Argentina y vean los contrastes de los dos proyectos de país, las dos visiones de Argentina a futuro y prioridades distintas que tenemos”, dijo Scioli al desestimar que esté protagonizando una campaña para “sembrar miedo”, como acusó su rival.
En Resistencia, en el norte del país, el conservador Macri, alcalde saliente de Buenos Aires, llegó también para cumplir con actos de campaña pero un grupo de manifestantes seguidores del gobierno de Kirchner intentó impedir su salida del aeropuerto del Chaco.
“Apoyamos al proyecto nacional y popular, y no vamos a permitir que acá venga el verdugo del pueblo”, dijo a la prensa el activista Emerenciano Sena, rodeado de compañeros con pancartas que decían: “Macri sos hambre”.
Macri, candidato presidencial de la alianza Cambiemos, saludó luego a seguidores desde una camioneta descubierta.
“Estamos venciendo a los miedos que nos quisieron meter”, dijo.
“El mito de que eran invencibles se les cayó. Los argentinos ya han votado mayoritariamente por el cambio”, dijo Macri que terminará la semana con un recorrido en el interior del país al igual que Scioli.
En la primera vuelta Scioli obtuvo 36,8% de los votos, en tanto Macri logró 34,3% contra todos los pronósticos que lo daban muy por debajo del oficialista.
La oposición denunció en los últimos días una campaña sucia del gobierno, la cual enmarcó en una estrategia para sembrar el miedo.