Las FARC se comprometieron a entregar los restos de personas que murieron en su poder, en el marco del acuerdo con el gobierno de buscar a miles de desaparecidos durante el conflicto de más de medio siglo en Colombia, reveló el alto comisionado de paz Sergio Jaramillo.
“Las FARC se han comprometido a comenzar con unos primeros casos de entrega de restos de personas que murieron en su poder (…) se trata de unos primeros casos dentro de un universo muy considerable de personas que murieron en su poder”, dijo Jaramillo el viernes en la ciudad de Medellín (noreste).
El comisionado indicó que el proceso de entrega de restos “va a comenzar ya” y añadió que en él participará el Comité Internacional de la Cruz Roja con la esperanza de “que antes de que se acabe el año se puedan mostrar unos resultados”.
El gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC, comunistas), en negociaciones de paz desde noviembre de 2012 en La Habana, anunciaron el pasado 18 de octubre un pacto para “la búsqueda, ubicación, identificación y entrega digna de restos” de desaparecidos en la conflagración interna, así como la creación de una unidad especializada.
Jaramillo, quien participó de una charla con víctimas y organizaciones sociales en el Museo Casa de la Memoria de Medellín, se refirió a la necesidad de tomar medidas para apoyar a los niños que se han visto inmersos en el conflicto armado como combatientes y aseguró que también “son víctimas”.
“Pero también sin un acompañamiento adecuado, un joven que ha vivido su vida en la guerra es un joven que va a ser fuente de una nueva violencia en esas comunidades”, aseguró.
El conflicto armado colombiano, en el que han participado guerrillas, paramilitares y agentes del Estado, ha dejado entre 20.000 y 100.000 personas con paradero desconocido, según estimaciones de entidades del gobierno, activistas de derechos humanos y organismos internacionales.
Las negociaciones entre gobierno colombiano y las FARC buscan acabar con una conflagración interna que ha dejado oficialmente unos 220.000 muertos y unos seis millones de desplazados.