La Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (SIR) cumplió un año administrando la nueva Ley de Quiebras. Desde el gobierno, los privados y los consumidores, reconocieron que puede y debe ser perfeccionada.
Para las personas, la normativa permite declararse en quiebra frente a acreedores como casas comerciales, Bancos y Cajas de Compensación.
Sin embargo, las deudas no pueden tener acciones judiciales, lo que a juicio del presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios, Hernán Calderón, no ayuda.
En el caso de los Bancos, el tema pasa por el temor a que las empresas declaren insolvencia de forma fraudulenta por los plazos para acceder a la ley, según explicó el presidente de la Asociación de Bancos, Segismundo Schulin-Zeuthen.
La superintendenta de Insolvencia y Reemprendimiento, Josefina Montenegro, en tanto, reconoció que la nueva Ley de Quiebra presentó dificultades en su primer año de funcionamiento, pero aclaró que el balance es positivo.
Pese a las críticas, personas que se vieron imposibilitadas para pagar sus deudas y que no presentaban acciones judiciales en su contra por ellas, pudieron renegociar luego de declarar su insolvencia, como el caso del jubilado, Gustavo Pavez.
Entre los números que deja el primer año de la Ley de Quiebras, el 74% de los deudores son pequeñas y micro empresas; mientras que en el plano de las personas naturales, el 59% de los deudores son hombres y el 41% mujeres.
Además, quedó claro, que los chilenos prefieren buscar las fórmulas para pagar sus deudas antes de liquidar sus bienes.