El DT de Boca Juniors, Rodolfo Arruabarrena, enmarcó este martes en “una vorágine” el juego brusco que se ve en el fútbol argentino, la polémica jugada en la que el estelar Carlos Tévez fracturó el sábado a un joven rival, a quien luego visitó en el hospital.
“Gracias Carlitos por venir”, tuiteó Ezequiel Ham, de 21 años, el jugador de Argentinos Juniors que fue víctima de la patada de Tevez, que amargó una tarde de doblete del astro en la victoria de Boca (3-1), líder del torneo argentino.
El joven, quien había anotado el gol de Argentinos y ahora le esperan al menos ocho meses de recuperación, publicó una foto junto al “Apache”, sacada en su lecho de hospital y con la pierna enyesada, que hace furor este martes en las redes sociales.
También publicó el martes una nueva foto con el otro ídolo de Boca, el exjugador Juan Román Riquelme que se acercó a saludarlo en su postoperatorio.
Menos condescendiente, la familia de Ham se manifestó “destruida” por “una de las peores experiencias” que le tocó vivir, en una carta que publicó la prensa.
Arruabarrena admitió que Tevez merecía ser expulsado durante el partido por la jugada brutal pero descartó que hubiera ido “con mala leche” contra el rival.
“Cuando se habla de una persona mala leche, en cualquier ámbito, es porque tiene un historial de situaciones similares. ¿Pero Tevez? Es la primera vez que le sucede en toda su carrera”, advirtió Arruabarrena en una entrevista con el diario La Nación.
Según el entrenador, el delantero de la selección argentina y exjugador de la Juventus de Italia, “jerarquizó a Boca” con su presencia y un “muy útil consejero” para los más jóvenes del plantel.
“Carlos tiene sentido de pertenencia, es importante porque es un plus que le da al grupo”, dijo sobre el jugador que viene de conquistar todos los títulos con la Juventus de Italia y que regresó a Boca en julio.
Sobre el juego brusco que se ve en las canchas argentinas todos los fines de semana, Arruabarrena consideró que es una cuestión de responsabilidad colectiva.
“Todos somos responsables, los entrenadores al pedir ‘intensidad’, ‘actitud’, escuchamos eso en tantas charlas. El jugador lee y escucha y el hincha lo mismo, el periodismo, todos”, admitió el DT, de 40 años y padre de cuatro hijos.
“Entre todos colaboramos para llegar a esta vorágine, pero ninguno se hace responsable. Es obvio que un jugador entra a la cancha y sabe que enfrenta a un colega pero todo esto de que ‘hay que ganar, hay que ganar’ complica”, aseguró el DT.