El año pasado un atípico espectáculo sinfónico coral fue el que se efectuó en la Gala Presidencial del 18 de septiembre, pese a que desde sus inicios en 1910 lo común era el montaje de una ópera.

Por lo anterior, muchos celebraron que este último género regrese a la ceremonia que se efectúa en la conmemoración de la Primera Junta Nacional de Gobierno. La obra de Giuseppe Verdi “Los dos Foscari”, drama de tres actos, es la ópera que presenciará la presidenta de la República, Michelle Bachelet, en la tradicional gala.

El argumento de la ópera, heredado de la obra del mismo nombre escrita por Lord Byron en 1821, podría incomodar a las altas autoridades políticas que se harán presentes el 18 de septiembre. Es, para muchos, la composición de Verdi que más elementos políticos encierra.

El drama se centra en la historia del dux -líder y principal dirigente- de Venecia, Francesco Foscari, quien cae en desgracia tras firmar la sentencia de exilio perpetuo de su hijo Jacopo por traición.

El hijo del alto líder es un personaje más bien siniestro para la elite veneciana, ya que anteriormente había sido exiliado por cargos de corrupción y su complicidad en el crimen de un miembro del secreto Consejo de los Diez local.

Esta última organización obliga al dux a renunciar, que con el corazón herido muere mientras es convocada la elección del nuevo dirigente.

Basta buscar el nombre de la obra en italiano (“I due Foscari“) en las redes sociales para notar el paralelo que muchos realizan con la situación en la que quedó Michelle Bachelet tras estallar el caso Caval, la controvertida compra y venta de terrenos en Machali que tiene como uno de sus principales actores al hijo de la mandataria, el ex director sociocultural de La Moneda Sebastián Dávalos.

¿Maldad premeditada? ¿Una desafortunada coincidencia? Lo cierto es que desde la Municipalidad de Santiago, una de las entidades que firma las invitaciones junto a La Moneda, explicaron a BioBioChile que la Corporación Cultural de Santiago -a cargo del Teatro Municipal- comúnmente ofrece a la Presidencia la obra que está en cartelera en el momento en que se desarrolla la gala.

Esto tiene sentido, ya que montar una obra distinta implica un importante gasto de recursos en el montaje, actores y el trabajo que se requiere para el despliegue de ésta.

La Presidencia se ha abstenido de referirse a esta incómoda situación, aunque en La Moneda admiten que probablemente pasaron por alto el argumento de la ópera al momento de visar la propuesta de la Corporación Cultural.

https://youtu.be/v3IYTBRIa8w