No es un secreto que este último par de años la legalización del consumo de la marihuana ha tomado fuerza entre las manifestaciones y el Congreso. Una propuesta que considere el autocultivo y fumar la hierba con fines recreativos y medicinales, es la que encabeza muchos de los petitorios.
Sin embargo, existe gran parte de personas que se manifiestan en contra de tal petición argumentando que la marihuana es una droga y puede resultar adictiva y dañina para la salud. Al respecto, José Sepúlveda, representante de Fundación Ciencias para la Cannabis -la que busca promover y desarrollar las ciencias relacionadas con las especies vegetales del género-, asoció esta reputación a otro producto que dista totalmente del natural: la marihuana prensada.
Cigarrillo prensado
“Porro”, “pito”, “prensado Paraguayo”, son algunos de los nombres que recibe el cigarrillo que contiene marihuana adulterada. Si bien la marihuana extraída desde la planta puede ser consumida de diversas formas (infusiones, cremas, queques, galletas, medicamentos, etc), el cigarrillo prensado sólo se fuma. Este cigarrillo -que dentro de sus componentes puede contener una pequeña porción de la conocida hierba- es famoso por ser muy barato y contener otros “ingredientes”.
“La principal diferencias entre ambas es que la marihuana prensada, que generalmente proviene de otros países (Paraguay), fue adulterada para cruzar el paso fronterizo y no ser detectada por los controles (perros)”, explica José.
“En cada frontera que cruza este material, los traficantes le agregan un componente distinto hasta que llega a Chile totalmente adulterada”, señala y comenta: “incluso, cuando está en nuestro país, suelen agregarle hidrocarburos derivados del petróleo con objeto de aumentar su potencia psicoactiva, los que no tienen relación con los producidos por la planta”.
Distribuido clandestinamente, a un precio que alcanza los dos mil pesos chilenos, cada usuario que fuma un cigarrillo prensado probablemente puede estar consumiendo: excremento (humano o animal), neoprén, alquitrán (presente en el cigarro comercial), amoniaco, petróleo, betún para zapatos, comida para perro, entre otras sustancias tóxicas en donde incluso algunos incluyen cocaína o pasta base.
Al respecto, José Sepúlveda cuenta que “en algunas poblaciones ni siquiera es marihuana lo que se consume, sino más bien material vegetal (puede ser pasto) impregnado” de los elementos anteriores.
Además, el experto señala que cuando un usuario consume sólo material extraído de la planta canábica sí sabe qué está consumiendo, mientras que en el caso del “porro” no se tiene real conocimiento sobre sus componentes, entre los cuales poco o nada queda de marihuana natural.
Tráfico en estratos bajos
Si bien la marihuana prensada circula entre un público universitario y social, la cuna de este cigarrillo se encuentra en los estratos más bajos y las poblaciones aisladas o periféricas. Los distribuidores de esta sustancia agregan elementos tóxicos para aumentar la cantidad de cigarrillos y ganar mucho más dinero.
Sepúlveda no recomienda el consumo de marihuana prensada en ningún caso, aún así considera la realidad de las zonas más vulnerables en donde viven sus mayores clientes. “Hay que ser capaz de llegar a esas poblaciones y educarlas”, cuenta, agregando que “hay que hacerlos considerar el enorme daño fisiológico que esta sustancia les está provocando y contarles sobre los tóxicos que contiene”.
Sin embargo, el joven reconoce que la mejor opción ante estos casos es realizar una “terapia de reemplazo”. “Se deben utilizar sustancias menos tóxicas para disminuir el daño”, cuenta y destaca que, de todas formas, la marihuana natural no es tóxica a diferencia del “paraguayo”.
Reconociendo que la cannabis de origen vegetal “cuenta con una potencia de adicción mucho más baja que las sustancias duras y complicadas como la marihuana prensada u otras sustancias (pasta base)”, el joven propone como solución avanzar en el uso de sustancias menos tóxicas o fumar sólo hierba natural.
Daños corporales y psicológicos
Una de las características más preocupantes de la marihuana prensada es la adicción que provoca. Al respecto, León Goity, doctor en Ciencias Farmacéuticas y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Diego Portales, explica los efectos que cada componente provoca en el cuerpo humano y en qué niveles causa adicción.
“En términos generales todo producto de combustión resulta irritante para la vía aérea y potencialmente carcinogénico (produce cáncer). Mayor relevancia cobran los agentes de combustión como el petróleo y el alquitrán mineral. Los cuales al ser sometidos a combustión pueden liberar sustancias derivadas del benceno que son altamente tóxicas”, explica el médico.
Respecto a la similitud de algunos componentes entre el cigarrillo comercial y el de marihuana prensada (alquitrán, nicotina, amoniaco, tolueno etc), explicó que ambos son potencialmente tóxicos, sin embargo, en el cigarrillo comercial se encuentra en menor dosis y el daño es a largo plazo.
“La magnitud (del daño) dependerá de la dosis y frecuencia. El desconocimiento respecto al tipo o cantidad de tóxico adicionado resulta en una incertidumbre respecto a su seguridad”, agrega Goity.
“La adicción se produce debido a los efectos depresores del sistema nervioso central y al daño neurodegenerativo que ocasionan los componentes volátiles que derivan de la combustión de petróleo y neopreno. Sobre todo si el neopreno contiene tolueno”, cuenta el médico, señalando que fumar estos elementos provocan graves daños neurodegenerativos y las sustancias inhaladas acumuladas en el organismo “pueden ocasionar daño de otros órganos como el hígado y el corazón”.
En esta misma línea, Christian Arévalo, médico psiquiatra y docente de la Universidad Diego Portales, agregó que los daños dependen de la sustancia inhalada. “Por ejemplo, con el uso de solventes o pegamentos, es posible suponer una mayor toxicidad cerebral, lo que en un uso repetido y prolongado puede generar deterioro de las funciones cognitivas”, cuenta el doctor, destacando problemas en la memoria, la atención y concentración.
“El alquitrán tiene un efecto más bien a nivel respiratorio y, entre otros efectos, se relaciona con un mayor riesgo de cáncer pulmonar”, agrega.
Arévalo comentó que fumar marihuana prensada no tiene ningún tipo de beneficio en la salud y no es recomendable en ningún caso. Al respecto, explicó los daños que esto pude provocar al ser consumido en la adolescencia: “Hay evidencia de que la exposición temprana a drogas, incluyendo la marihuana, prensada o no, puede desencadenar patologías mentales, en especial en sujetos predispuestos”, comenta.
“Por otra parte, se sabe que el consumo precoz de cannabis en adolescentes, cuyo cerebro se encuentra en una fase especialmente sensible, genera un mayor riesgo de desarrollar conductas adictivas, en relación a la marihuana u otras drogas, a través de la sensibilización de circuitos cerebrales de recompensa”, explica el doctor.
En otras palabras, el doctor asegura que mientras más joven sea una persona que consume alguna sustancia psicoactiva, más expuesto está a desarrollar futuras adicciones.