Existen muchas diferencias entre Chile y los países desarrollados, pero una de las más importantes tiene relación con la realidad laboral. Esto queda en evidencia al comparar la situación de los trabajadores nacionales con los europeos, y en este caso nos referiremos a unos en específicos: los suecos.
En Chile estamos acostumbrados a una jornada laboral que alcanza las 45 horas semanales, siendo el quinto país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) donde más se trabaja. Además, gran parte de los empleados se debe ajustar a horarios rígidos, fijados por de manera unilateral por las empresas, sin que sea tan común la modalidad de horario flexible.
Si bien hay varios países donde ocurre algo similar al caso chileno, hay otros en los que la situación es completamente diferente. Uno de estos últimos es Suecia, donde el 62,5% de los trabajadores tienen horarios flexibles, o sea, pueden decidir cuándo laborar y cuándo descansar.
No sólo eso, sino que además el 71,1% de los suecos puede acumular horas de trabajo, para disponer de tiempo libre más adelante.
Éste es el caso de Tobías Holmqvist, un padre de familia de 37 años con dos hijos, que vive en Estocolmo. Labora en la agencia espacial Swedish Space Corporation y puede ser descrito como un empleado promedio en Suecia.
Según relató Tobías al diario español El País, su jefe le da la libertad para decidir a qué hora entra a trabajar y cuándo sale. Incluso puede decidir tener la tarde libre para pasar tiempo con sus hijos, y continuar laborando en la noche.
“Si tengo asuntos pendientes, trabajo por las noches. Pero si no, no hago nada (…) A veces, si trabajo por la noche, al día siguiente voy tarde a la oficina o no voy, sobre todo si hace buen tiempo”, indica.
Asimismo, no necesita ir a la oficina, puede hacerlo desde su casa si lo estima conveniente, porque “no me compensa ir y volver si no tengo alguna reunión”. Mientras cumpla con los plazos establecidos y haga todo bien, su jefe no le hace problemas al respecto.
“Trabajo 40 horas a la semana y cuando tengo mucha carga de trabajo hasta 50, pero mi horario es completamente flexible. Si no tuviera esta libertad, no trabajaría aquí”, recalca.
Otra característica que hace diferente a Suecia de nuestro país, es que allá nadie se queda en la oficina hasta pasadas las 17:00 horas, porque es mal visto. “Si estás obligado a quedarte hasta las 8, no hay incentivos para ser eficiente. ¿Para que voy a ser eficiente si me voy a tener que quedar igual hasta las tantas?”, comenta Tobías.
Los padres que tienen hijos pequeños tienen un beneficio adicional: el permiso por paternidad en esa nación dura alrededor de 480 días (16 meses) después de que nace un bebé, tiempo que obligatoriamente se tiene que distribuir de manera equitativa entre el papá y la mamá.
Esto porque en Suecia nadie tiene niñera o nana para cuidar a los niños. Por el contrario, todos los padres consideran de vital importancia el pasar mucho tiempo con sus hijos y cuidarlos ellos mismos, tarea que se les facilita por el hecho de tener horarios de trabajo flexibles.
Eso sí, Tobías aclara que no todo es “color de rosa”. Si bien él pertenece a la clase media, destacó que también hay empleados que ganan sueldos menores y no tienen tantas facilidades.
El jefe de Tobías, Jonas Strömfelt, explicó que el éxito del sistema sueco se basa en que la gente es responsable.
“En general, cuando a la gente le das libertad, se vuelve más creativa (…) Este sistema es positivo si la gente es responsable. No todo el mundo encaja, hay gente que necesita que la controles. Si Tobías no cumpliera con sus objetivos, no le daría tanta libertad”, manifestó.
Esto es respaldado por Kerstin Bergqvist, jefa de contabilidad de la misma agencia espacial sueca, quien concluye que “mis subordinados no tienen por qué quedarse hasta tarde (…) Cumplen mejor cuando se organizan ellos”.