La justicia boliviana ordenó este lunes la libertad provisional para cuatro manifestantes, acusados de causar desmanes la semana pasada en La Paz, con reclamos para su región Potosí, mientras el diálogo con el gobierno avanza con sobresaltos.
La juez Lía Cardozo informó que en una audiencia pública “se han aplicado medidas sustitutivas a la detención preventiva para los imputados (que son) el arraigo y la firma de un garante personal por cada uno de los coimputados, para que se vea que se van a someter al proceso”.
La liberación provisional de las cuatro personas, entre ellas un periodista, era la exigencia que el domingo y el lunes los dirigentes del Comité Cívico de Potosí (Comcipo) exigieron para poder negociar con el gobierno la atención a sus demandas.
Por los reclamos civiles, la ciudad minera y andina de Potosí (suroeste), de unos 200.000 habitantes, cumple una huelga que ingresó este lunes a su cuarta semana y que provocó un fuerte desabastecimiento de alimentos y la estampida de turistas.
Potosí pide al poder Ejecutivo que cumpla sus promesas de obras de magnitud, como construir un aeropuerto internacional y una fábrica de cemento en la ciudad, que ahora sus ministros consideran económicamente inviables.
Para presionar al gobierno del izquierdista Evo Morales, algunos miles de trabajadores mineros privados se movieron a La Paz, con sus dirigentes civiles, realizando marchas callejeras.
El miércoles pasado se produjeron fuertes choques con policías antimotines en el centro de La Paz, ocasionando destrozos a oficinas públicas.
A raíz de los incidentes una dinamita explosionó fortuitamente en la embajada alemana, cercana al lugar de los incidentes, sin causar daños personales.
Tras la liberación de los cuatro ciudadanos, el gobierno y Comcipo reabrieron este lunes el diálogo, suspendido varias veces en las últimas 48 horas, con la formación de mesas de trabajo que analizarán el conjunto de demandas de Potosí.
Las tortuosas conversaciones lindaron con la ruptura total y la amenaza de más manifestaciones.