La coalición árabe liderada por Riad cesó este lunes sus bombardeos sobre Yemen, en el primer día de una tregua humanitaria amenazada por los combates sobre el terreno, a pesar del llamamiento de la ONU a los rebeldes chiitas hutíes a respetarla.
La pausa de cinco días, decretada en forma unilateral por la coalición, comenzó en la medianoche local (21H00 GMT del domingo) para permitir la llegada de ayuda humanitaria a los civiles, duramente golpeados tras cuatro meses de bombardeos.
Desde entonces no se había registrado ningún ataque aéreo en el país, donde la situación era relativamente tranquila en los diversos frentes de guerra, excepto en Taez y en los alrededores de Adén (sur), afirmaron a media jornada fuentes militares leales.
“Hasta ahora, la aviación de la coalición ha respetado la tregua”, declaró a la AFP Saleh Al Anjaf, portavoz de la “resistencia popular” de Mareb, al este de la capital, Saná, donde las armas se silenciaron tras unos enfrentamientos nocturnos iniciados por los rebeldes.
“La tregua es unilateral en Taez”, donde los combates redujeron su intensidad a media jornada, indicó por su parte a la AFP un responsable de la “resistencia”, Abdel Aziz al-Sabri, acusando a los rebeldes de continuar intermitentemente en la región de Jebel Sabr.
Cinco civiles, 11 rebeldes y cuatro combatientes leales murieron en combates que se produjeron en esta región durante la noche, según fuentes militares.
Al norte de Adén, las fuerzas leales y los rebeldes seguían enfrentándose, y por la tarde cayeron tres cohetes Katiousha cerca del aeropuerto de la ciudad sin provocar víctimas, según fuentes militares.
Los rebeldes, que el año pasado se hicieron con gran parte del país, incluyendo la capital, no se habían manifestado sobre si aceptaban la pausa.
La coalición, que entró en guerra contra estos insurgentes a finales de marzo para impedir que se hicieran con el control total de Yemen, advirtió que se reservaba el derecho de responder a cualquier “actividad o movimiento militar” durante la tregua.
Ayuda almacenada en Adén
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, celebró la tregua y pidió a las partes beligerantes “actuar con la máxima moderación en caso de que se den violaciones aisladas” del alto el fuego.
También llamó a las partes del conflicto a “facilitar la entrega urgente de ayuda humanitaria en todas las regiones de Yemen”.
La pausa se decretó coincidiendo con la llegada de ayuda humanitaria de la ONU, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos a través de mar o aire a Adén, la segunda ciudad de Yemen, recuperada la semana pasada por las fuerzas leales al presidente.
Una pequeña parte de esta ayuda fue distribuida por Adén, pero el acceso a otras provincias seguía siendo difícil y arriesgado por la fuerte presencia de hombres armados.
Miles de toneladas de víveres, medicamentos o productos farmacéuticos se almacenaron o están siendo aún descargados en la gran ciudad portuaria, según fuentes yemeníes y un portavoz del Programa Mundial de Alimentos.
Según la ONU, más de la mitad de los 3.700 muertos en cuatro meses de conflicto eran civiles; y un 80% de la población -esto es, 21 millones de personas- necesitan ayuda o protección, en tanto que 10 millones tienen dificultades para alimentarse o encontrar agua.
Un portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Saná, Adnan Hizam, expresó su deseo de que haya “una tregua más larga, estable y respetada por todos los protagonistas”, pues “una pausa de cinco días no es suficiente para responder a las necesidades humanitarias”.