Al pedir oficialmente ayuda al FMI el viernes, Grecia ha cumplido otro requisito de la lista elaborada por sus acreedores, en un momento en que parecían patinar los preparativos de un nuevo rescate financiero del país.
En cumplimiento de una condición formulada el 13 de julio por los otros Estados de la zona euro en una cumbre muy eléctrica, el ministro de Finanzas, Euclide Tsakalotos, escribe: “Deseamos informarle de que solicitamos un nuevo crédito del Fondo Monetario Internacional”, en una carta publicada este viernes.
El Fondo confirmó el viernes en un comunicado que recibió esta nueva solicitud e indicó que discutirá con Atenas y sus socios europeos “el calendario y modalidades” de las futuras discusiones sobre el plan de ayuda.
El Gobierno griego, dominado por el partido de izquierda radical Syriza, deseaba al principio pasarse de toda ayuda del FMI, considerado partidario demasiado ferviente del rigor.
Pero Atenas tuvo que dar marcha atrás sobre todo ante Alemania, que quería que la institución con sede en Washington, implicada desde 2010 en los dos rescates sucesivos de Grecia, siguiera implicada.
El Fondo y el Gobierno griego coinciden en cambio en reclamar una quita de la deuda de Grecia, que la oficina estadística europea Eurostat acaba de evaluar en el equivalente a un 170% del producto interior bruto.
Formalmente, la ayuda del Fondo a Grecia corre hasta la primavera de 2016 y no era necesaria una nueva solicitud.
‘Querida directora del FMI’
El correo de Tsakalotos a Christine Lagarde, que encabeza la fórmula “Querida directora gerente del FMI”, se interpreta sobre todo como un gesto de buena voluntad política.
La carta se conoció cuando parecía patinar este viernes el proceso de negociación de un tercer rescate con participación del FMI, los países de la Eurozona y el Banco Central Europeo (BCE).
Atenas ha validado varias etapas, con dos votaciones sobre reformas que le han costado al primer ministro Alexis Tsipras parte de su mayoría parlamentaria, pero sigue sin aclararse la llegada al país de altos funcionarios de la Comisión Europea, BCE y FMI.
El equipo encargado de evaluar la economía griega y las reformas, que no ha pisado Grecia desde hace casi un año debido a la hostilidad creciente con esa “troika”, es esperado “los próximos días”.
Una fuente ministerial griega había anunciado primero su llegada el viernes.
Otras fuentes cercanas al dossier evocaron problemas “logísticos” en torno a la llegada de este grupo rebautizado púdicamente “las instituciones”. Su regreso será todo un símbolo en un país que rechazó masivamente la austeridad en el referéndum del pasado 5 de julio.
“Están discutiendo del sitio porque tienen que encontrar un lugar accesible, cerca de los ministerios”, explicó una de las fuentes.
Calendario muy apretado
En este nuevo ciclo de reuniones está en juego la finalización, a más tardar el 20 de agosto, del tercer rescate, cuyo principio fue aceptado el 13 de julio.
Grecia, que tiene las arcas vacías, debe pagar más de 3.000 millones al BCE el 20 de agosto y 1.500 millones al FMI en septiembre.
El calendario es muy apretado. En menos de un mes se tienen que definir las acciones prioritarias, decidir el calendario de pagos y llegar a un acuerdo sobre la trayectoria presupuestaria de Grecia, en recesión desde el primer trimestre, resumió una fuente cercana a las discusiones.
Durante este proceso, podría ser revisado el monto exacto del rescate, evaluado por ahora entre 82.000 y 86.000 millones de euros.
Parte de esta cantidad debe servir para recapitalizar los bancos griegos, que abrieron de nuevo sus puertas el lunes después de tres semanas de cierre, pero en un marco muy restringido.
Grecia ha prohibido las salidas de capitales, salvo pago de facturas y determinadas urgencias. El país limita también la retirada de dinero en los cajeros automáticos para proteger a las entidades bancarias fragilizadas por una masiva fuga de depósitos y por la acumulación de préstamos no devueltos.
“Una primera inyección de capital” en los bancos griegos “sería deseable para estabilizar el sector” desde mediados de agosto, estimó el gobernador del Banco de Francia, Christian Noyer, uno de los dirigentes del BCE, en el diario Le Monde fechado del viernes.