El presidente estadounidense Barack Obama efectuará esta semana su primera visita como presidente a Kenia, patria de su padre, lo que constituye el punto culminante de una semana diplomática consagrada a África.
El jueves volará a Nairobi, y desde ahí subirá por el Valle del Rift al norte hasta la capital etíope Adís Abeba, convirtiéndose en el primer presidente estadounidense de la historia en visitarla.
El primer mandatario negro de Estados Unidos ha viajado cuatro veces a África desde su elección, pero nunca había visitado Kenia oficialmente, aunque sí que había estado antes de llegar a la Casa Blanca.
El padre que Barack Obama dice no haber conocido nunca verdaderamente, nació al oeste de Kenia, en un pueblo cerca del ecuador y del lago Victoria. Economista de profesión, abandonó a su familia cuando Barack tenía dos años y murió en un accidente de coche en Nairobi en 1982, a la edad de 46.
El “regreso al país” de Barack Obama fue durante mucho tiempo desestimado por la inculpación sobre el presidente Uhuru Kenyatta, por parte de la Corte Penal Internacional (CPI), por crímenes contra la humanidad a causa de su presunto papel en los actos violentos post-electorales de fines de 2007 y principios de 2008.
Estas acusaciones fueron abandonadas en diciembre de 2014 a causa de la obstrucción del gobierno keniata, según la fiscal de la CPI, abriendo en cualquier caso la vía a una visita presidencial.
“Es evidentemente importante desde un punto de vista simbólico, espero que esto muestre que Estados Unidos es un socio fuerte, no solamente para Kenia sino para el África Subsahariana”, declaró Obama.
Los dos presidentes hablarán de comercio y de seguridad, pero la conversación podría tomar un cáliz más personal.
El padre de Obama fue economista del gobierno del progenitor de Uhuru Kenyatta, Jomo, que presidió Kenia durante 14 años, desde su independencia hasta su muerte en 1978.
Como los dos hombres no se entendían, el padre de Kenyatta destituyó al padre de Obama, relegándolo a un ostracismo que contribuyó a su alcoholismo.
Barack Obama, absorbido desde 2009 por la recesión estadounidense, las crisis en Oriente Medio, el terrorismo y su “eje asiático”, trata ahora de consolidar su balance africano.
“Este viaje es extraordinariamente importante para el presidente”, estimó el exsecretario de Estado adjunto para África, Johnnie Carson.
Según fuentes diplomáticas, en el interior de la Casa Blanca causa estragos el debate acerca de si la política hacia África debe incluir un intento de resolución del conflicto en Sudán del Sur, país fundado en 2011 y devastado por una guerra civil.
Un mayor involucramiento de Estados Unidos en este conflicto, que hasta ahora ha provocado la muerte de miles de personas y la huida de sus hogares de más de dos millones, implicaría muchos riesgos.
Kenia herida por los atentados
Durante su primera visita a África, en 2009, Obama hizo un llamamiento a los africanos para que tomaran las riendas de su destino lanzándoles una versión adaptada del eslogan de su campaña: “yes you can!”, “¡Sí, vosotros podéis!”
Sin embargo, seis años más tarde, la ambición se mantiene limitada por problemas de seguridad, de corrupción y de violación de los derechos humanos.
Kenia ha sido, particularmente, blanco de los grupos extremistas. En 1998 las embajadas de Estados Unidos en Nairobi y Dar es Salaam (Tanzania) fueron destruidas por terribles explosiones que causaron cientos de muertos.
En 2013, 67 personas murieron en un baño de sangre perpetrado por los islamistas somalíes shebab, aliados de Al Qaida, en el centro comercial Westgate de Nairobi. En abril de 2015 los shebab masacraron a 148 personas, la mayoría estudiantes, en la universidad de Garissa (noreste del país).
“Kenia está en la línea de frente del combate contra el terrorismo, por eso Estados Unidos equipa y entrena a nuestras fuerzas de seguridad”, dijo el embajador keniata en Estados Unidos, Robinson Njeru Githae.
Barack Obama participará en Nairobi en una cumbre mundial sobre el espíritu emprendedor (Global Entrepreneurship Summit), una iniciativa lanzada en 2010, que reunirá a miles de empresarios y de empresas.
En Adís Abeba hablará del déficit democrático africano ante los dirigentes de la Unión Africana. Más de 50 ONGs africanas e internacionales, como Human Rights Watch y Freedom House, han escrito al presidente para pedirle que no pase por alto este tema.