Grecia pagó este lunes parte de sus deudas al BCE y FMI, por un monto de 6.000 millones de euros. En tanto sus bancos reabrieron después de permanecer tres semanas cerrados aunque aún brindan servicios muy reducidos, y aumentó el IVA (en 10 puntos) como lo exigían sus acreedores.
Gracias a los 7.600 millones de euros concedidos de urgencia el viernes por la Unión Europea (UE), Grecia pagó dos plazos de su deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el 30 de junio y el 13 de julio, por un total de 2.000 millones de euros.
Este reembolso, confirmado por la institución, le permite salir de una incómoda situación de cese de pagos, en tanto se negocia un tercer plan de ayuda al país.
También pagó este lunes al Banco Central Europeo (BCE) 4.200 millones de euros, de deuda e intereses, según una fuente cercana al ministerio de Finanzas heleno, así como concedió al Banco de Grecia un préstamo de 500 millones de la divisa única europea.
El IVA pasó el lunes del 13% al 23% para los alimentos envasados y la restauración, pero también para las tarifas de los taxis, los preservativos o los servicios funerarios.
Por el contrario, permanecerá intacto en hostelería y ligeramente reducido al 6% para los medicamentos, los libros y los espectáculos.
El gobierno espera ingresos suplementarios anuales de unos 2.400 millones de euros a partir de 2016, y de 795 millones este año.
Los controles fiscales se van a reforzar de inmediato para garantizar que los nuevos impuestos van a las arcas vacías del Estado, que “no se puede permitir perder ni un euro”, aseguró el nuevo ministro adjunto de Finanzas encargado de la fiscalidad, Tryphon Alexiadis.
El parlamento griego aprobó el miércoles esta subida, incluida en el acuerdo firmado con los acreedores hace una semana en Bruselas a cambio de un nuevo plan de ayuda, el tercero desde 2010. De esta manera, el país intenta volver a la normalidad económica.
No habrá elecciones anticipadas
Para respetar el calendario fijado por sus acreedores, el Gobierno debe presentar este martes un segundo proyecto de ley, sobre la reforma de la justicia civil, que se someterá a votación el miércoles.
Tsipras perdió el pasado miércoles la mayoría parlamentaria al no haber respetado la disciplina de voto 39 diputados, todos de Syriza, de la coalición gubernamental que cuenta 162.
Según el diario Avgi, cercano a su partido, el primer ministro quiere convertir ese nuevo voto en una moción de confianza y dimitir si las defecciones aumentan.
“Lo que me preocupa es ver que algunos (dentro de Syriza) continúan afirmando que saliendo del euro podemos detener la austeridad”, dijo el ministro de Estado Nikos Pappas, brazo derecho de Tsipras, en declaraciones al periódico Ephimerida Ton Syndakton.
El Gobierno “no tiene la intención” de convocar “en este momento” unas elecciones anticipadas, declaró a su vez el lunes Olga Gerovassili, la nueva portavoz gubernamental.
“El objetivo es finalizar el acuerdo (con Europa) y restablecer la normalidad y la estabilidad”, añadió.
Luka Katseli, presidenta de la Unión de Bancos Griegos y del Banco Nacional de Grecia, una de las cuatro principales entidades helenas, llamó a los usuarios a traer sus ahorros a los bancos para contribuir a la solvencia del sistema, y recordó que se han retirado cerca de 40.000 millones de euros desde diciembre.
Los acreedores, por su parte, una vez superen sus diferencias, deben poner en marcha un nuevo plan de ayuda a Grecia de más de 80.000 millones de euros. Con el mismo, Grecia espera reducir su deuda que equivale a un 175% de su PIB.
Por primera vez desde hace meses, los expertos del Banco Central Europeo, del Fondo Monetario Internacional y de la Comisión Europea, anteriormente conocidos como “troika”, y que simbolizan para los griegos la puesta bajo tutela de su país, viajarán a Grecia esta semana para evaluar el estado de una economía castigada por las restricciones financieras.