La ciudad de Buenos Aires elige alcalde en balotaje este domingo tras una primera vuelta en la que no logró la mayoría necesaria Horacio Rodríguez Larreta, el delfín de Mauricio Macri, actual alcalde de derecha y principal candidato opositor para las presidenciales de octubre.
El partido Propuesta Republicana (PRO, derecha) busca una contundente victoria de Rodríguez Larreta que sirva como espaldarazo a Macri en la recta final hacia las generales frente a Daniel Scioli, favorito en los sondeos y candidato de la presidenta, la peronista de centro izquierda, Cristina Fernández.
Larreta (49 años), segundo de Macri en la alcaldía, obtuvo 45,5% de los votos en primera vuelta el 5 de julio y compite con el economista Martín Lousteau (44) que logró 25,5% de los sufragios, candidato de una coalición de centro.
“La gente vota a quien cree puede solucionar sus problemas, tenemos confianza”, dijo Larreta tras sufragar.
Unos 2,5 millones de personas están habilitadas para votar hasta las 18:00 locales (mismo horario en Chile) en tanto se esperan los resultados hacia las 21:00. A menos de dos horas del cierre de los comicios había votado un 60% del padrón electoral, según informó el Tribunal Superior de Justicia.
Lousteau arengó a los porteños a concurrir a las urnas y remarcó que “el voto es de los ciudadanos, no de los candidatos”.
“Estamos extremadamente confiados en que vamos a obtener el voto de confianza” de los porteños, dijo.
Autodefinido como “un socialdemócrata moderno” Lousteau es un exministro de Economía de Kirchner devenido opositor y representa a una coalición de centro (Energía Ciudadana Organizada, ECO) donde convergen cinco fuerzas políticas, desde socialdemócratas (Unión Cívica Radical) hasta el Partido Socialista y la derecha más moderada (Coalición Cívica).
Aunque compite con el PRO en Buenos Aires, conforma con él un frente opositor a nivel nacional para las presidenciales que tendrán internas abiertas el 9 de agosto.
“Es un fin de semana de esperanza, termina una etapa importante de mi vida y espero que empiece una más importante”, dijo Macri, alcalde de la ciudad de Buenos Aires desde 2007.
Para sus aspiraciones presidenciales resulta vital un triunfo de Larreta en el principal bastión del PRO, cuya proyección nacional aún es débil y depende de aliados locales.
Fuera del plato
Pese a ser el más votado, Larreta no alcanzó el 50% de los sufragios para consagrarse en primera ronda y Lousteau ha apostado todo a conquistar el voto de quienes quedaron fuera del balotaje.
El interrogante es hasta dónde podrá captar los votos de Mariano Recalde, el candidato del partido de la presidenta Fernández, el Frente para la Victoria (FPV), que resultó tercero con el 21,9% en la primera vuelta.
El FPV anunció que no apoyaría a ninguno de los dos candidatos en el balotaje, en tanto los partidos de izquierda que habían cosechado un 7% llamaron a votar en blanco.
“Aunque sea el voto en blanco es una manera de manifestarse”, consideró Gabriela Michetti, compañera de fórmula de Macri.
A nivel nacional el PRO y ECO integran Cambiemos, una coalición opositora.
“No sirve sumarle votos a ninguna de las dos variantes de Cambiemos. Más que un balotaje, es una interna partidaria. Si votamos a Rodríguez Larreta, gana Macri y si votamos a Lousteau, también gana Macri”, dijo Recalde, presidente de Aerolíneas Argentinas.
En la primera vuelta también se votaron 30 bancas de legisladores, la mitad del parlamento comunal, en las que el PRO ganó tres escaños y acumula 28, a tres de los necesarios para el quórum, en tanto ECO es la segunda fuerza con 14 bancas, seguido por FPV (12), la izquierda (4) y partidos independientes (2).
Voto en blanco y vacaciones
El resultado de la elección se mide en base a los votos positivos emitidos, es decir sin votos en blanco ni impugnaciones y se vota por método electrónico.
En la primera vuelta votó el 77% del padrón electoral pero se estima que será menor en esta ocasión debido a las vacaciones de invierno y a que es la tercera vez en tres meses que los porteños van a las urnas.
Aunque el voto es obligatorio en Argentina, la ley autoriza una disculpa cuando el votante se encuentre a más de 500 kilómetros de su lugar de votación.