Pese a ser considerada la droga -legal- más consumida en el mundo, y por ello la causa de graves problemas de distinta índole, hoy en día el consumo de alcohol está normalizado en la sociedad.
De hecho, es habitual considerar ir por unos tragos luego del trabajo o después de clases en la universidad en vez de dejarlo exclusivamente para los fines de semana o para ocasiones especiales.
Muchas de estas personas son los conocidos bebedores sociales, siendo el consumo de alcohol un modo de diversión principalmente, sin embargo ¿cuándo esto se sale de lo “común” y pasa a ser un problema?
El alcohol: la causa de miles de muertes en el mundo
El alcohol es una sustancia psicoactiva cuyas propiedades causan dependencia. Según la Organización Mundial de Salud, en el año 2012 unas 3,3 millones de muertes fueron atribuibles a su consumo.
Sumado a esto, la ingesta de bebidas alcohólicas es la causa de más de 200 enfermedades y trastornos. Según indica la OMS, ésta “se asocia con el riesgo de desarrollar problemas como trastornos mentales y comportamentales, importantes enfermedades no transmisibles tales como la cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares, así como traumatismos derivados de la violencia y los accidentes de tránsito”.
La conflictiva relación entre el alcohol y quien la consume
El alcoholismo o también llamada “dependencia al alcohol” es la relación conflictiva entre el alcohol y quien lo consume.
Según consigna el portal del centro médico Vida Integra, el psiquiatra Juan Sepúlveda explica que existen casos extremos en los que ocurre la “crisis de la ingesta”, y en estos “la persona despierta, bebe, vuelve a dormir, despierta, toma, vuelve a dormir. Son aquellos que cambiaron su ciclo de sueño por el alcohol y que funcionan en base al alcohol, y se alimentan de éste”.
Sepúlveda agrega que hay casos en que las personas puede que no consuman bebidas alcohólicas todo el día, sin embargo cuando lo hacen beben cantidades abundantes sin poder parar.
El médico también dijo al sitio web que este último grupo tiene un problema para regular el consumo de alcohol y la dependencia a éste es más bien intermitente. “No es la dependencia típica de buscar las sustancias o presentar signos de abstinencia. Puede ser también alguien que cuando bebe deja la grande, y es una forma de dependencia diferente, pero dependencia al fin”.
En cuanto al perfil de quienes serían más susceptibles a ser dependientes al alcohol, el psicólogo y docente de la Facultad de Psicología de la Universidad del Desarrollo de Concepción, Carlos Rubilar, señaló que “desde la teoría psicoanalítica clásica se piensa que el alcoholismo está asociado a frustraciones tempranas en su relación con los cuidadores primarios”, no logrando satisfacer sus necesidades de contención emocional.
“Estas personas se caracterizan por presentar dificultades para tramitar experiencias dolorosas, buscando refugio en negadores de los afectos depresivos”, explicó a BioBioChile.
El psicólogo y docente de la UDD argumentó que “cuando la persona no encuentra en sí mismo los recursos psicológicos para tener una existencia integral recurriría a ‘ayudantes’ externos, tales como alcohol, drogas, compras impulsivas, etc. También el alcoholismo se asocia a trastornos ansiosos, un bajo concepto de sí mismo y dificultades en las relaciones interpersonales”, dijo.
Para Rubilar, “lo central para el diagnóstico es la falta de autocuidado, pues pudiera estar presentando conductas de riesgo, como por ejemplo manejo en estado de ebriedad, olvidos o ausentismo laboral”.
En tanto, desde el punto de vista médico es necesario realizar exámenes de sangre, test toxicológico y algún cuestionario.
Uno de estos cuestionarios es el conocido Test EBBA, o Escala Breve del Beber Anormal. Otro cuestionario que reemplaza al anterior y suele ser más específico es el Test de Identificación de los Trastornos Debidos al Consumo de Alcohol o Test AUDIT.
Según la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés), en definitiva son señales de que se tienen problemas de dependencia al alcohol si amigos o familiares han manifestado a la persona en cuestión su preocupación respecto a la forma en que se bebe, además si ésta reacciona de manera negativa si le reprochan las cantidades de alcohol que consume.
Asimismo se considera un factor el hecho de tratar de tomar menos sin lograrlo y sentirse culpable por ello, o beber grandes cantidades de alcohol sin ser consciente y al otro día tener lagunas mentales, y también el necesitar beber alcohol durante las mañanas, sea para aliviar la resaca o para disminuir los nervios o situaciones de angustia.
La búsqueda de ayuda
Cuando la persona es consciente de que tiene un problema con el alcohol, son variados los caminos a seguir.
La APA indica que hay quienes al darse cuenta de su problema con el alcohol se esfuerzan por resolverlo, y junto con el apoyo de sus seres queridos logran salir adelante.
Sin embargo hay otros casos en que la fuerza de voluntad no es suficiente. Para estos casos la Asociación Americana de Psicología indica que estas personas pueden requerir de una desintoxicación supervisada por un médico, de modo de evitar el síndrome de abstinencia, y una vez superada esta etapa se puede proseguir a resolver los problemas psicológicos asociados con el consumo de bebidas alcohólicas.
El psicólogo Carlos Rubilar por su parte agrega que hay distintas líneas de acción para combatir el alcoholismo, siendo una de las más utilizadas el uso de pellets que provocan rechazo a la bebida. También existen tratamientos integrales en los que participan diversos profesionales, como psiquiatras, psicólogos y asistentes sociales.