Familiares de las víctimas alemanas fallecidas en la tragedia del avión Airbus de Germanwings en los Alpes franceses declinaron la oferta de 25.000 euros por cada una propuesta por la casa matriz, Lufthansa, reclamando al menos 200.000 euros, indicó este sábado su abogado.
Lufthansa había anunciado el 30 de junio que proponía 25.000 euros por víctima a los derechohabientes de los alemanes muertos en el siniestro. La compañía también indicó que estaba dispuesta a pagar además 10.000 euros a cada pariente, según una lista que incluía padres, hijos y cónyuges.
“No les sorprenderá que mis clientes me hayan demandado rechazar esta oferta inapropiada”, escribió Elmar Giemulla, quien aconsejó a una treintena de parientes de las víctimas alemanas, en un documento con fecha 13 de julio enviado al abogado de Germanwings y consultado por la AFP.
El abogado reclama por cada víctima “un monto de seis cifras”, es decir, el equivalente al menos a 100.000 euros. También rechazó la oferta de 10.000 euros para los parientes (padres, hijos y cónyuges), exigiendo también “una suma de seis cifras”. Además, a su entender, la empresa limita en extremo la condición de parientes cercanos, que debería ser ampliada a “abuelos, hermanos y nietos” de las víctimas.
Interrogado por la edición dominical del popular diario alemán Bild, el abogado precisó que reclama 200.000 euros por cada víctima, señalando que la propuesta de la empresa “no es un reconocimiento apropiado para el sufrimiento infligido (a sus clientes)”.
Tras el siniestro, Lufthansa ofreció una ayuda de 50.000 euros por pasajero a sus familiares, independientemente de otras compensaciones.
Los familiares “están indignados”, y esperan “una nueva oferta de Lufthansa”, añadió Giemulla.
“En el contexto de la ceremonia fúnebre” prevista para el viernes próximos en el lugar del siniestro, en el sureste de Francia, “es incomprensible que Lufthansa envenene así la atmósfera”, lamentó el abogado.
Solicitada por la AFP, la compañía no quiso hacer comentarios.
El Airbus A320 de Germanwings fue precipitado contra los Alpes el 24 de marzo pasado por su copiloto, el alemán Andreas Lubitz, y provocó la muerte de todos sus 150 ocupantes, entre ellos 72 alemanes y 50 españoles.