Londres y Washington intentaron este jueves calmar las preocupaciones generadas en varios países tras el acuerdo nuclear con Irán, mientras el guía supremo iraní, Alí Jamenei, aconsejaba una cierta desconfianza de cara a “algunas” grandes potencias presentes en las negociaciones.
En una carta al presidente iraní Hasan Rohani, divulgada este jueves, el guía supremo reconoce que la firma del acuerdo supone un “paso mayor”, pero le insta a que “tenga cuidado de que las otras partes no violen el compromiso”.
“Usted sabe muy bien que no se puede confiar en algunos de los seis Estados” que participaron en las negociaciones”, alerta.
No obstante, no precisa a qué países se refiere de los cinco miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China y Rusia) y Alemania que han participado en este acuerdo histórico, cerrado tras dos años de negociaciones.
Alí Jamenei, guía religioso y político, la máxima autoridad de Irán cuya luz verde ha sido necesaria para las negociaciones y el acuerdo, suele manifestar su desconfianza con Estados Unidos.
Diplomacia o guerra
El presidente estadounidense, Barack Obama, que defiende enérgicamente este acuerdo, ha desafiado a los que se oponen, en Israel y en el Congreso de Estados Unidos, a que propongan una solución para impedir que Irán fabrique la bomba atómica.
“En realidad, solo hay dos alternativas: la vía diplomática o la fuerza, es decir, la guerra”, dijo el miércoles.
El primer enfrentamiento de su administración con un Congreso escéptico tendrá lugar el próximo jueves. Los secretarios del Tesoro y de Energía, así como el jefe de la diplomacia John Kerry, participarán ese día en una audición en el Senado.
El vicepresidente norteamericano Joe Biden acudió por segundo día consecutivo al Congreso para intentar vender el documento acordado a los parlamentarios, en una sesión a puerta cerrada. Tras reunirse con los representantes demócratas el miércoles, el jueves fue el turno de los senadores de la comisión de Asuntos Exteriores.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas debe adoptar el lunes una resolución ratificando el acuerdo sobre el programa nuclear iraní, según fuentes diplomáticas.
Obama, que trata de tranquilizar a sus aliados en la región -Israel y las monarquías sunitas del Golfo-, preocupados por la creciente influencia de su poderoso vecino chiita, prometió permanecer alerta, pero subrayó que Irán tiene un papel importante que desempeñar, en particular en el conflicto en Siria.
Kerry anunció que viajará el 3 de agosto a los países del Golfo.
Como muestra de estos temores, el ministro saudí de Exteriores, Adel al Jubeir, advirtió a Irán, durante su visita a Washington, que no debe intentar utilizar el levantamiento de las sanciones para financiar “aventuras en al región”.
El acuerdo imposibilitará prácticamente que Irán fabrique la bomba atómica, aunque le permitirá desarrollar un programa nuclear civil a cambio de la suspensión progresiva y reversible de las sanciones adoptadas desde 2006 por la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea, que han lastrado su economía.
Irán, que ha negado siempre tener la intención de dotarse de una bomba atómica, permanecerá bajo la amenaza de un restablecimiento casi automático de sanciones internacionales por 15 años si no cumple sus compromisos, subrayaron las grandes potencias en un documento enviado a la ONU.
Convencer a Israel
Por su parte, el jefe de la diplomacia británica, Philip Hammond, quien viajó este jueves a Israel para intentar tranquilizar a los líderes de ese país, aseguró que se han tomado “medidas sólidas” para impedir que Teherán fabrique armas atómicas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, extremadamente hostil al acuerdo, pidió a Hammond que solicite a Irán que cese sus “llamados al genocidio”.
Durante una conversación telefónica con el presidente Rohani, el primer ministro británico David Cameron reiteró su deseo de reabrir la embajada británica en Irán, cerrada desde 2011, a raíz del vandalismo de manifestantes hostiles al endurecimiento de las sanciones de Londres contra Irán por el programa nuclear.
“Hablaron de cómo el acuerdo abre la vía a relaciones más sólidas en otros campos”, señaló la portavoz de Cameron, que citó entre otros a la “lucha contra la amenaza” que representa el grupo yihadista Estado Islámico.
Además de la apertura diplomática, Irán, cuya economía se ha resentido profundamente con las sanciones, espera ver desfilar a responsables políticos y empresarios interesados en este prometedor mercado en cuanto se empiece a cumplir el acuerdo, lo que llevará todavía unos meses.
Con 78 millones de habitantes, en su mayoría jóvenes, Irán cuenta con las cuartas mayores reservas del mundo de petróleo y las primeras de gas.