Más del 90% de los recicladores que recorren las calles de Santiago gana menos de $300.000 al mes, sin embargo, el 71,2% quiere seguir desarrollando esta labor y más de 29% tiene la expectativa de que su panorama laboral mejorará en los próximos dos años. Y pese a que califican su trabajo como “sacrificado”, el 90% valora no tener jefe ni horario.
Estos son algunos de los resultados que arrojó la Primera Encuesta-Catastro sobre Condiciones Socio-Laborales de Recicladores, que realizó la Escuela de Sociología de la Universidad Andrés Bello (UNAB) a 404 trabajadores que participan en el proyecto de Reciclaje Inclusivo Comunal (RIC), que ejecuta Fundación Casa de la Paz y el Movimiento Nacional de Recicladores de Chile (MNRCH) junto a otros actores público-privados.
La encuesta, cuyo margen de error está entre 4.35% y 4.8%, se realizó en forma presencial, entre fines de 2013 e inicio de 2014, en las comunas de Quinta Normal, Recoleta, Santiago y Peñalolén. De los encuestados el 44.3% son mujeres y 55.7% hombres. En ella se abordaron condiciones laborales, sostenibilidad financiera, informalidad y desvinculación orgánica con el mundo del trabajo, nivel educacional y expectativas.
“Este estudio demuestra la gran heterogeneidad de recicladores que se desempeñan en la capital. Mientras algunos presentan condiciones laborales propias de un empleo de subsistencia, como bajos ingresos, horarios extensos, ausencia de un plan de salud o de vacaciones, otros se asemejan más a la figura del microempresario y gozan de mejores condiciones, como las que alcanzaría una persona en un empleo formal, incluso con ingresos cercanos al millón de pesos. Por tanto, esta encuesta no solo cuestiona la imagen que existe de la informalidad como una realidad homogénea, sino que interpela la política pública por cuanto la integración de los recicladores al sistema formal de gestión de residuos tendrá que tomar en cuenta esta diversidad”, explica Stéphanie Alenda, directora de la Escuela de Sociología de la Universidad Andrés Bello.
Resultados relevantes
El 97,7% de los encuestados se define como trabajador independiente. Sólo casos aislados tienen algún tipo de dependencia laboral: 1% con contrato y 1,2%) sin contrato. Del total, al 67,2% le interesa tener un contrato y 32,9% no lo está. De hecho, más del 75% trabajó antes en otra cosa y el 59% tuvo empleo con contrato.
“Somos emprendedores porque decidimos salir a buscar nuestro sustento en la riqueza que la sociedad desechaba. Lo hicimos desde la pobreza de hombres, mujeres, migrantes y discapacitados. Es la lógica del reciclador: recuperar lo que otros piensan que es basura. Esa lógica básica para nosotros hoy por fin es bien vista. Por fin hay contexto social para ser profesionales: ahora lo hacemos desde nuestra dignidad”, subraya Exequiel Estay de MNRCH.
Del trabajo como reciclador la encuesta muestra que el tiempo promedio que llevan en este oficio es casi 17 años, aunque el rango de edad es amplio: 34% está entre 42 y 53 años y 26,8% entre 54 y 65 años. Los rangos más bajos son 9,3% entre 66 y 78 años y 7,7% entre 18 y 29 años.
En cuanto a los ingresos, el 44,8% recibe hasta $100.000, el 29,7% entre $100.000 a $200.000 y 17,3% entre $200.000 a $300.000. El ingreso medio es $169.554,64, el mínimo es $2.000 y el máximo $1.000.000. El 43,4% dijo que el salario le alcanza “más o menos”, el 34% “poco”, 10,9% “bastante” y 8% “nada”. Sólo 3,2% dijo que le alcanza “muy bien”. Además, el 66,9% admitió que “no ahorro nunca o casi nunca”, el 16% que “sí, ahorro todo el tiempo” y 16,9% que “sí, ahorro de vez en cuando”.
Por otra parte, el 93% dijo que “nunca” realiza comercialización directa con empresas recicladoras. En el caso de las “Empresas recicladoras de chatarra” y “Empresas recicladoras de papel” el 6,2% dijo que “siempre” realiza comercialización directa. Más del 80% de los encuestados vende el material a intermediarios.
Además, el 71,8% almacena o acopia el material que recolecta en su casa o sitio y 19,9% no acopia y lo vende directamente. “Esta realidad se ve reflejada en un gran porcentaje de los recicladores, quienes viven en viviendas pequeñas y se ven obligados a almacenar y separar los residuos recuperados en sus propias casas, con todas los riesgos de salubridad y riesgos de accidentes asociados”, añadió la socióloga Stéphanie Alenda.
Respecto al lugar donde recolectan, el 77,4% dijo que en “la calle”, mientras el 32,5% lo hace “casa por casa”. Como apoyo a su labor, el 51% utiliza el “Triciclo/bicicleta”, el 14,7% emplea “Carro de supermercado” y el 12,2% “Camioneta/Camión”.
El 69,7% de los encuestados dijo que trabaja “siempre sólo”, el 17,7% “siempre con alguien” y 12,5% “a veces solo, a veces con alguien”. De quienes trabajan con alguien, el 50,6% lo hace “con uno o más familiares”, el 33,5% “con la pareja” y 12,6% “con amigo, compadre o vecino”.
En su mayoría los recicladores trabajan todos los días de la semana, aunque baja la frecuencia de trabajo el domingo (60%) y lunes (64%). Al día trabajan en promedio más de 5 horas con un máximo de 6 horas, excepto los lunes (4,87 horas promedio) y domingo (4,44 horas promedio).
Además de trabajar casi a diario, más del 95% trabaja en los 12 meses. Sólo en febrero baja el promedio. El 36% dijo que “se va de vacaciones”, 18% que “hay meses que no puede trabajar por el clima” y 13,28% que “hay meses en que hay poco material”.