El héroe caído del Tour de Francia Lance Armstrong regresó este jueves a las carreteras del país galo, 24 horas antes de que los ciclistas completen la 13ª etapa, y volvió a dar pedales en beneficio de una asociación que lucha contra la leucemia.
El proyecto se llama ‘Le Tour, One Day Ahead’ (El Tour, un día antes) y consiste en completar la carrera siguiendo el mismo recorrido que los profesionales, pero un día antes. La asociación que lo ha puesto en marcha es ‘Cure Leukemia’, de lucha contra la leucemia.
“Espero un recibimiento normal por parte de la gente, todo el mundo es respetuoso y simpático conmigo desde que llegué a Francia”, declaró Armstrong justo antes de la salida, en Vernet, a unos 30 kilómetros de Toulouse.
Escoltado por 11 ciclistas amateurs, el estadounidense de 43 años inició su pedaleo hasta Rodez, completando el mismo recorrido previsto para el pelotón de la Grande Boucle un día más tarde, en la 13ª etapa. El viernes repetirá, en esa ocasión entre Rodez y Mende.
Con un casco y un maillot negro y azul con el nombre de la asociación, Armstrong se presentó a las 05:37 horas en Vernet (Haute Garonne), en el aparcamiento de un supermercado, en un espacio preparado para la ocasión del que salió 20 minutos más tarde. Cerca de 100 periodistas, franceses y extranjeros, le esperaban.
El ciclista de Texas se unión al equipo solidario, liderado por el padre de la iniciativa, Geoff Thomas, un antiguo futbolista internacional inglés (9 partidos), que logró vencer a la enfermedad.
Los doce participantes (10 hombres y 2 mujeres) iniciaron el recorrido por las carreteras de la región Midi-Pyrénées e hicieron dos paradas para combatir el sofocante calor.
Tras cuatro horas de esfuerzo y guiados por miembros de la organización que ayudaban con el tráfico, los doce ciclistas pararon en el restaurante ‘Barry’, en el centro de Villefranche d’Albigeois, para reponer fuerzas. Fueron recibidos con aplausos por algunos comensales.
“No fue muy bonito lo que hizo y aunque no hay que olvidar, su presencia para una obra de caridad es algo bueno”, señaló Jacques Pylyp, de 53 años, presente en el restaurante cuando entró Armstrong.
“No todos los días nos cruzamos con una celebridad aquí”, sonríe Lucas, de 26 años, sentado en la terraza, que reconoce estar “orgulloso” de haber dado la mano al estadounidense.
Finalmente, instalados en una agradable sombra, los doce ciclistas degustaron el menú: Tomates con mozzarella como primero y confit de pato acompañado de judías verdes como segundo.
Participó en la iniciativa durante algunos kilómetros Cyrille Bonnand, antiguo campeón de Francia de ‘mountain bike’.
“Es un verdadero placer haber estado con ellos y espero poderles acompañar un rato más”, dijo.
‘Froome está impresionante’
En un principio el objetivo de la operación solidaria era “lograr un millón de libras (1,4 millones de euros)”, según la organización.
Pero las expectativas se superaron el martes, cuando la asociación alcanzó los 840.000 euros, según señaló un miembro de la misma a la AFP.
Antes de la calurosa acogida en el almuerzo, ningún aficionado asistió a la salida del hombre que dominó el Tour de Francia durante siete años (1999-2005) antes de que sus títulos fueran borrados en 2012 por dopaje.
“Es un gran placer estar aquí, para esta bonita causa”, dijo Armstrong, cuyo nombre saltó a la palestra el martes después de un mensaje en Twitter en el que se podía interpretar que cuestionaba la exhibición de Chris Froome, dominador de la actual edición de la carrera.
“Es obvio que Froome está impresionante, tener tres minutos de ventaja sobre el segundo es impresionante. ¿Es limpio el Tour? ¿Cómo quiere usted que yo responda a esa pregunta”, dijo.
“Es el primer año después de mucho tiempo que sigo el Tour. En la primera semana ocurrieron muchas cosas, con numerosas caídas”, dijo, esquivando las polémicas.