Y llegó la semana en que Ant-Man se estrenó en el cine, estando disponible para todo público desde este jueves 16 de julio, en todo Chile.
El filme, que viene a cerrar la Fase 2 del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), cumple con entretener y bastante al público que la pretenda ir a ver. Una mezcla de un protagonista con poderes, con un villano con iguales habilidades y una trama liviana que hace que todos la puedan disfrutar.
Que no les engañe el título que escogí para esta crítica. Ant-Man puede ser perfectamente celebrada por personas que no estén muy al tanto del MCU, aunque si eres de los que viene siguiendo estos filmes, claramente lo disfrutarás mucho más.
El argumento, que se inspira en las historietas de Marvel -y pongo énfasis en el hecho que se inspira, pues no es una adaptación muy fiel- nos presenta al Dr. Henry Pym, fundador de Pym Technologies, quien ha sido expulsado de la empresa por su antiguo pupilo Darren Cruz (Corey Stoll), quien años más tarde se hace cargo de la firma y anuncia una nueva tecnología de miniaturización que va a revolucionar la estructura de poder del mundo.
Se trata de un traje -o nave como califica Cruz- denominado Yellowjacket, que algo similar a un especie de Iron-Man en miniatura, puede servir para luchar contra quienes sean el objetivo de los compradores, que pueden ser gobiernos, agencias de seguridad y grupos terroristas.
Eso mismo hace que Pym decida actuar y busque a una persona capaz de asumir el rol de Ant-Man, el traje con una fórmula especial que se encoge y que su anterior protegido intenta replicar. Es aquí donde damos con Scott (Paul Rudd), un ex convicto quien recién salido de la cárcel intenta redimirse, aunque haciendo nuevamente lo que le significó estar encarcelado… robando, en este caso el plan de actual líder de Pym Technologies.
De ahí en adelante lo que viene es la línea natural de las películas de superhéroes, y que Marvel había perdido hace ya varios títulos atrás: la de un hombre que asume un rol de héroe, descubriendo sus poderes y luego enfrentándose al villano de turno, en este caso el Yellowjacket. Cosa que no veíamos desde los inicios de Iron-Man y Capitán América.
Todo lo anterior incluye elementos bastante notables, como son el amigo de Scottt, Luis (Michael Peña), un tipo que logra un papel hilarante y saca por varios momentos carcajadas de los espectadores. Algo así como la estrella jamás anunciada, pero que sorprende con su participación en todo el filme.
No hay que restar méritos a los diálogos e intervenciones de Rudd, que sabe también aprovechar e incluso destruir [Spoiler alert] emotivas escenas con bromas, una de ellas entre el Dr. Pym y su hija, Hope Van Dyne (Evangelline Lily) [/Spoiler alert].
Evangelline también merece una mención en este comentario, pues lejos del estereotipos de mujeres a ayudar, ésta se muestra fuerte e independiente, capaz de incluso enseñar al protagonista a ser el héroe que fue escogido a ser (sí, porque no nació con el poder o destinación, sino que por elección de un científico).
En la película, Hope nos adelanta la próxima heroína de Marvel, que podremos -de seguro- ver en todo su esplendor una vez iniciada la Fase 3 del MCU, que partirá en mayo de 2016, cuando se estrene Captain America: Civil War.
Ant-Man es así una película que cumple, con algunas incongruencias en su relato pero que se logran pasar fácilmente por alto con las risas que genera. Siendo la cinta con el menor presupuesto del MCU, es claramente un pase menos traumático a lo que se supone veremos con las entregas próximas de Los Vengadores, y su última que tuvo explosiones y batallas al por mil.
Si a algunos le recuerda Ocean’s Eleven, no serán los únicos. De hecho su estructura toma mucho eso de un plan perfecto para robar, pero con personajes fantásticos y referencias ñoñas que deleitará a los aún más incrédulos. Ideal días de vacaciones, aunque no estoy tan seguro que tan bien le vaya en taquilla. Habrá que ver.
https://youtu.be/bo30LZTDR0w
Ah, y sí, hay escenas en medio de los créditos.
Dato a tener en cuenta: Si usas lentes, procura no verla en 3D (por lo aparatoso que es). Si bien con 3D hay ciertas sensaciones, personalmente me sigo quedando con el formato común, que no nos hace perder el brillo que las gafas especiales quitan.
Eduardo Woo es Periodista de BioBioChile.