La discriminación siempre afecta la integridad de una persona o un grupo completo ya sea por su pensamiento político, orientación sexual, religión o cualquier otro tema en el que se pudiesen tener un pensamiento o apariencia considerado distinto.
La discriminación no sólo significa golpear a alguien o insultarlo verbalmente, sino que puede involucrar situaciones mucho más sutiles, pero igualmente dolorosas. Este es el caso de Tahera Ahmad, una capellán musulmana y directora del departamento de Relaciones en Diversidad de Fe de la Universidad Northwestern, quien fue víctima de un hecho de este tipo cuando se encontraba viajando en una aerolínea perteneciente a la empresa United Airlines.
Como menciona la revista MarieClaire.com, la afectada se encontraba utilizando el Hiyab, velo tradicional utilizado por musulmanas que cubre su cabeza y pecho, cuando le solicitó a una azafata una lata de bebida. Ésta se la trajo, pero ya venía abierta; por lo que la mujer le pidió que le trajera una cerrada por razones higiénicas. Sin embargo, la asistente de vuelo se lo negó.
El problema fue que sólo minutos más tarde, al hombre que estaba sentado a su lado le entregaron una lata de cerveza cerrada.
Tehara comentó en su cuenta de Facebook lo que sucedió: “Llamé a la azafata para exigir una explicación por lo ocurrido, ella me comentó que por razones de seguridad no estaban autorizados a entregar latas cerradas a los pasajeros, ya que podían ocuparlas como armas. De inmediato le dije que entonces me estaba discriminando porque ella le había dado un envase sin abrir al hombre que estaba a su lado. La azafata miró la lata, la tomó y abrió rápidamente al mismo tiempo que decía “es para que no la ocupes como arma”.
Luego de esto, Tahara hizo notar la discriminación a quienes se encontraban a su alrededor sólo para recibir insultos intolerantes del hombre que estaba frente a ella. “Notaba la rabia en su voz y la furia en sus ojos” comentó, añadiendo que nadie hizo nada para defenderla.
Cuando el vuelo finalmente tocó tierra, la azafata se disculpó por su comportamiento e incluso el piloto lo hizo también, ayudándola a llenar un formulario de queja formal.
Unos días más tarde, United Airlines publicó un comunicado oficial donde mencionaba que la azafata involucrada en el incidente ya no trabaja en la compañía y que se habían comunicado con la señorita Tahara Ahmed para pedirle disculpas por la situación y no entregarle el servicio que ella esperaba.
“Yo no quería que despidieran a nadie, sólo esperaba una disculpa sincera. United trivializó este incidente como un simple problema por una lata de bebida pero el real problema aquí es la discriminación”, enfatizó la mujer.