Un documental notable, que muestra la mirada interna de ese organismo fundamental en la defensa de los derechos humanos durante la dictadura.
Limpio, va hilando un relato a partir del testimonio actual de muchos de sus funcionarios, desde Gustavo Villalobos, Roberto Garretón, Juan Luis Egaña, Ramiro Olivares a Julio Méndez, el portero.
Limpio porque usa el mismo estudio para todas las entrevistas, a las que agrega elementos muy simples como una máquina de escribir o un carnet. Limpio porque recurre en forma medida material de la época, como filmaciones, fotografías, audios. Y recrea algunas situaciones con maquetas muy simples y básicas.
Todo lo anterior permite centrarse en el contenido, en lo que dicen esas personas que trabajaron con el dolor brutal de miles de personas. Personas golpeadas, torturadas, familiares de víctimas… y un victimario.
Dirigido por Claudia Barril y Sebastián Moreno (que hicieron el guión con Nona Fernández), Habeas Corpus debiera tener una gran difusión, ser un material didáctico obligado en colegios. Un ejemplo de valentía y de humanidad, de consecuencia y de lucha por los derechos humanos.
Con un relato cronológico de la Vicaría, que incluye momentos tan álgidos como la celebración de los 30 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la Catedral de Santiago en 1978 (en momentos en los que descubrían los cuerpos en los Hornos de Lonquén), el documental va adquiriendo una sofocante densidad hasta culminar con los tres degollados, momento crucial para los trabajadores de esa institución.
El documental pone en valor una institución que logró que su trabajo y sus archivos fueran fundamentales para buscar la verdad y la justícialo que fe reconocido al ser declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003.
Los entrevistados en Habeas Corpus son Héctor Contreras, Margarita Cooper, Juan Luis Egaña, Jaime Esponda, Roberto Garretón, Carmen Garretón, Carmen Hertz, Hugo Montero, Julio Méndez, Ramiro Olivares, Norma Rojas, Luis Salinas, Daniel Sánchez, Álvaro Varela, Gustavo Villalobos y José Zalaquett.
