Por primera vez en su historia, Bolivia compareció este miércoles ante la Corte Internacional de Justicia para responder a la solicitud de excepciones preliminares de Chile que objetó la competencia del tribunal en lo que respecta a la demanda del país altiplánico.
La demanda de Bolivia apunta a obligar a Chile a negociar una salida soberana al Océano Pacífico, asegurando que nuestro país estableció una serie de compromisos al margen del Tratado de Paz y Amistad de 1904.
Este tratado, junto al artículo VI del Pacto de Bogotá de 1948, es uno de los principales pilares de la defensa chilena que ya expuso ante los jueces de la Corte.
El agente boliviano Eduardo Rodríguez Veltzé fue el encargado de abrir los alegatos, expresando su confianza en que la Corte “hará justicia” en relación a la demanda de ese país.
En su exposición, el agente dejó de manifiesto que, según la parte boliviana, Chile afirmó con independencia al Tratado de Paz y Amistad de 1904 que estaba dispuesto a negociar un acceso conplena soberanía al mar.
“El planteamiento de Chile se refiere a un asunto diferente al que ha traído [Bolivia] a esta Corte“, aseguró Rodríguez Veltzé, quien subrayó al tribunal que “la política expansionista y militarista de Chile” llevara a la invasión y ocupación de los territorios aledaños al litoral.
Adicionalmente acusó a Chile de crear un “ambiente tenso”, luego que en los alegatos del lunes se mencionara que, de aceptarse los requerimientos bolivianos, obligaba a revisar una serie de otros tratados a nivel mundial y se pondría en riesgo la certeza jurídica.
“Tras más de un siglo de negociaciones Chile repudió ese acuerdo en su obligación de negociar un acceso soberano al mar”, afirmó el agente, agregando que a Bolivia no le quedó otra opción que acudir a la Corte tras el congelamiento de la agenda de los 13 puntos en 2011.
Posterior a la presentación del agente, el abogado francés Mathias Forteau subrayó que el Tratado de 1904 no apunta a lo que demanda Bolivia. “Ustedes tendrán que leer y releer el Tratado de 1904, como lo pide Chile. Por más que lo hagan no encontrarán nada que permita dar respuesta a la solicitud de Bolivia“, expresó.
Junto con calificar la postura chilena como un “precioso ejemplo de razonamiento circular“, aseguró que el equipo de nuestro país no aludió a los eventuales compromisos que adoptó para negociar una salida al mar y acusó a Chile de deformar de manera “radical e inaceptable” la solicitud de Bolivia “y exponerla como un intento de poner en tela de juicio y modificar unilateralmente el Tratado de 1904″.
En referencia a la agenda de los 13 puntos, iniciada bajo la primera administración de Michelle Bachelet y congelada en la gestión de Sebastián Piñera, Forteau aseguró que esto representaba el compromiso de nuestro país con la negociación. “Hasta 2011, Chile no había repudiado su compromiso de negociar, sino que negociaba hasta esa época“, afirmó en relación al punto 6 de dicha agenda.
Además, dijo que la posición de Chile en torno a un presunto intento de Bolivia por anular o revisar el tratado de 1904 es errónea y “no toma en consideración los términos perfectamente claros de la solicitud”, añadiendo que el requerimiento boliviano “corresponde a compromisos distintos” de dicho tratado.
“Bolivia no impugna lo que las partes pactaron en el pasado [...] pide el respeto de lo que ha sido acordado por las dos partes“, afirmó, manifestando también que “no sería comprensible” que los compromisos atribuidos a Chile “se reduzcan a la naturaleza de papel mojado”.
Tras esta exposición continuó la jurista Monique Chemillier-Gendreau, la que sentenció que “los representantes de Chile se han invadido de una extraña amnesia colectiva” y que el equipo jurídico que representa a nuestro país “intenta llevarnos a un malentendido sobre los compromisos que son objeto de la cuestión”.
En su presentación señaló que Chile dejó fuera del Tratado de 1904 todo lo relativo a la negociación de una salida al mar, subrayando que este tema no estaba resuelto previo al Pacto de Bogotá y habría quedado demostrado en el intercambio de cartas entre las dos naciones, junto a otras gestiones entre las que incluyó el fallido acuerdo de Charaña.
Durante su exposición, la abogada francesa realizó una curiosa metáfora respecto a los argumentos de Chile.
“También trata Chile de orientar a la Corte hacia una percepción alucinatoria de lo que a él mismo le afecta, es decir, que se ve cegado sin duda por la luz del desierto de Atacama que en otro tiempo fue boliviano. Así, Chile ve un espejismo con dos obstáculos ante su competencia de la Corte y, sin embargo, esto es propio de los espejismos, puesto que estos se desvanecen ante la realidad. Así, los obstáculos inventados por Chile no tienen más realidad que las rosas de Atacama emanadas de la imaginación de Luis Sepúlveda, estas rosas florecen una vez al año y luego el sol de mediodía las calcina”, afirmó.
Luego de un receso de 15 minutos, el español Antonio Remiro Brotóns reafirmó que el Tratado de 1904 no resuelve el diferendo planteado por Bolivia. “Desgraciadamente, Chile trata de circunvalar esta jurisdicción apoyándose en artículo VI del Pacto de Bogotá, constituyendo la única base de la presentación presentada”, dijo respecto a la postura chilena.
Remiro Brotóns señaló en su intervención que nuestro país “trata de torpedear la competencia de la Corte” y que el Tratado no solventó la voluntad de negociar con Bolivia un acceso soberano al Pacífico. Sumándose a lo señalado por Forteau, el abogado ibérico dijo que se está “manipulando el objeto del litigio de manera muy arbitraria”.
“La acción de Bolivia ante la Corte no es un comportamiento político, se trata de una acción jurídica autónoma“, dijo este miércoles, agregando que la nación a la cual representa “no quiere soslayar, evitar o eludir nada”.
También sostuvo que Chile está lejos del tema que se debe tratar en las excepciones preliminares y que es la parte demandada que busca forzar la discusión del fondo en esta instancia.
“Si la Corte acepta lo que plantea Chile, su decisión llevará a una resolución en el fallo sobre el fondo en favor de Chile“, estimó Antonio Remiro Bretóns.
Prosiguiendo al español, se presentó ante los jueces de la corte el iraní Payam Akhavan, quien señaló que “Chile crea una objeción falsa, una especie de ‘cuco’” en esta instancia.
Según estimó, la contraparte “hace una representación equívoca de la cuestión planteada por Bolivia” y que la argumentación chilena contiene una serie de “premisas falsas”.
“Si Bolivia se equivoca respecto del fondo, entonces el estado de negociaciones no cambiará. Si Bolivia tiene razón, las partes deberían proseguir sus negociaciones en buena fe“, afirmó durante la exposición.
Pese a que Chile centró una buena parte de su argumentación en la exclusión que fija el artículo VI del Pacto de Bogotá, Akhavan descartó que dicho punto sea definitivo.
“El artículo VI no es una varita mágica que resuelve todo tipo de jurisdicciones”, manifestó en un alegato que se vio interrumpido por la tormenta eléctrica que afectaba a la ciudad de La Haya. “No se deje impresionar”, señaló el presidente de la Corte, Ronny Abraham, ante el silencio del abogado iraní, quien bromeó respondiendo “espero que los dioses no estén enojados conmigo”.
Akhavan, junto con sostener al igual que los otros abogados que el Tratado de 1904 no resolvía el tema del acceso marítimo, dijo que las conversaciones diplomáticas entre Chile y Bolivia sí dejaban de manifiesto la existencia de un tema pendiente. Si el asunto estaba resuelto, ¿por qué negociaban las partes?”, señaló.
Tras el fin de su intervención, el juez británico Christopher Greenwood realizó una pregunta al equipo boliviano, que deberá ser contestada el viernes: “¿En qué fecha mantiene Bolivia que se concluyó un acuerdo respecto de la negociación relativa al acceso soberano?”.
Los alegatos continuarán mañana jueves a las 11:30 (hora de Chile), con la respuesta del equipo encabezado con Felipe Bulnes a los reparos de Bolivia hacia las objeciones preliminares.