A las ausencias de tres de los integrantes de la Conferencia Episcopal de Chile a la ceremonia de asunción del obispo de Osorno, Juan Barros, se suman las del mundo político entre ellos autoridades de Gobierno, parlamentarios y el alcalde de esa comuna.
De esa forma se rompe con la tradición que caracterizaba esa actividad por la asistencia de todas las autoridades para que el nuevo obispo asumiera en plenitud su cargo. Sin embargo, esta vez no será así y a ello se suma el anuncio de manifestaciones de detractores para esa jornada.
Ante ese escenario muchas son las excusas que ya confirman ausencias por ejemplo, la del gobernador provincial osornino, Gustavo Salvo, a causa de un cometido personal. A lo que se suma el dueño de casa, el alcalde de la comuna Jaime Bertin, quien con antelación había confirmado que por motivos personales se ausentaría de la ceremonia.
El jefe comunal indicó que mas allá de los motivos de fuerza mayor que no le permitirá estar en la ceremonia hay un ambiente que agita las aguas en la ciudad y eso es resorte solo de la iglesia Católica.
Por su parte, el intendente tampoco asistirá por un compromiso previamente asumido y eso sí aclaró que se respeta las decisiones de la Iglesia al ser un ente autónomo.
Desde el poder legislativo sus representantes también excusaron su presencia como es el caso del diputado Sergio Ojeda, quien dijo que de esa forma demostrara su rechazo a la nominación de Barros.
Desde el Senado los representantes de la zona siguieron la misma línea, Ivan Moreira dijo que no estará por agenda y no comentará el actual escenario de la iglesia Catolica por no pertenecer a ella.
A su turno, el socialista Rabindranath Quinteros dijo que no avalará con su presencia la ceremonia del sábado y la llegada de alguien que ha sido seriamente cuestionado.
Punto aparte es la postura de abierto rechazo planteada por el diputado socialista Fidel Espinoza, quien lo ha demostrado desde el 10 de enero cuando se anunció el nombramiento de Juan Barros como nuevo obispo de la diócesis de Osorno.
Incluso con carta en mano refrendada por varios otros parlamentario hizo llegar al Vaticano en Roma las objeciones por las cuales el ex obispo castrense no debe llegar a Osorno. El parlamentario dijo que acudirá el sábado a la catedral pero no ingresará a la ceremonia para manifestar en contra de Juan Barros.
La situación se torna muy particular si se considera que ésta es la primera vez que un nombramiento papal genera tanto rechazo en sus feligreses y autoridades locales, lo que se ha visto acrecentado por el silencio guardado hasta ahora, por quien asume la jefatura de la diócesis local, quien sólo se expresó en una carta enviada recientemente a la comunidad local, la que fue considerada como extemporánea y donde la presencia física de Barros es reclamada por los feligreses.
Mientras el ambiente se torna mas tenso en la víspera de la llegada de Juan Barros, desde la diócesis de Osorno aseguraron desconocer cuando efectivamente arribará a la zona el nombrado nuevo obispo, ni mucho menos si habrá algún contacto con la comunidad previo a la ceremonia.